La alimentación en diabetes es un tema que está en continua evolución y que, lamentablemente, es caldo de cultivo para numerosos bulos y confusiones que se extienden con facilidad. Es por ello que hemos querido resolver algunas dudas habituales.

1. ¿Hay que eliminar los hidratos de carbono?

Es común pensar que las personas con diabetes no deben tomar alimentos ricos en hidratos de carbono (HC), por su impacto sobre los niveles de glucosa en sangre.

No obstante, hay que tener en cuenta que son un tipo de macronutriente esencial en nuestra dieta diaria, al aportar energía al organismo que resulta necesaria para su buen funcionamiento.

Por lo tanto, más allá de eliminar los alimentos ricos en HC, es necesario saber qué tipo son y en qué medida se encuentran presentes en los productos de nuestra alimentación.

Así pues, los HC se pueden clasificar por su velocidad de absorción; son preferibles cereales y derivados, legumbres o tubérculos que, por su lenta absorción, tardan más en elevar los niveles de glucosa en sangre.

2. ¿La fruta tiene demasiada azúcar?

Otro de los grandes bulos de la alimentación en diabetes consiste en pensar que, por su sabor dulce, la fruta aporta una cantidad excesiva de glucosa. No obstante, como señalan los especialistas, la fruta es rica en agua y pobre en macronutrientes en general, lo que incluye un bajo porcentaje de HC, grasas y proteínas.

Además, aporta numerosas vitaminas, minerales y fibra, que aconsejan su consumo a diario. Por otro lado, algunas frutas y zumos son recomendados en cantidades determinadas, para la recuperación de la persona tras un episodio de hipoglucemia.

Por lo tanto, las personas con diabetes deben incluir frutas en su alimentación, si es posible naturales y de temporada. Pero deben tener en cuenta que no todas tienen la misma carga glucémica y que, por ello, algunas tendrán un efecto más intenso y directo sobre los niveles de glucosa en sangre, y por tanto es necesario controlar su consumo.

3. ¿Hay productos prohibidos y otros aptos?

Fruto de una visión reduccionista sobre cómo debe ser la composición de la dieta diaria de las personas con diabetes, es habitual pensar que hay ciertos productos «prohibidos» para las personas con diabetes y que, por lo tanto, deben eliminarse de la alimentación, mientras que se deben priorizar otros, cuyos reclamos publicitarios califican de «aptos para personas con diabetes».

No obstante, la gran mayoría de profesionales sanitarios coinciden en que las prohibiciones no favorecen una alimentación equilibrada y que, el consumo controlado es mejor que el consumo prohibido, puesto que lo importante es mantener una dieta sana y sin dudas.

En este sentido, se señalan los beneficios de la dieta mediterránea como referente en alimentación equilibrada.