La Organización Mundial de la Salud consideran los 100 mg/dl de azúcar en sangre como plenamente normales.

En ayunas, cuando la cantidad de glucosa en la sangre se mide al menos ocho horas después de una comida, el rango está entre 70 y 100 mg/dl.

Cuando el azúcar se encuentra entre 100 y 125 mg/dl, se habla de glucemia basal alterada y de 126 mg/dl o más indicarían un diagnóstico de diabetes.

Si tiene diabetes tipo 1 la Asociación Estadounidense para la Diabetes recomienda que el azúcar en la sangre debe ser de 90 a 130 mg/dl para adultos. Después de las comidas, 1 a 2 horas después de comer, el azúcar en la sangre debe ser de menos de 180 mg/dl en los adultos. Una vez el día haya acabado, el azúcar en la sangre debe ser de 90 a 150 mg/dl para adultos.

Si se padece la diabetes tipo 2, la Asociación recomienda que, antes de las comidas, el azúcar en la sangre sea de 70 a 130 mg/dl para adultos y que después de las comidas, una a dos horas después de comer, el azúcar en la sangre debe ser de menos de 180 mg/dl para adultos.

Hay que tener en cuenta que estas indicaciones variarán según la persona, porque otros factores como la edad, el estrés, la actividad física, si se toman a la vez otros medicamentos o se padece otra enfermedad, influirán en el nivel de azúcar en sangre.