La diabetes supone un mayor riesgo de presentar formas más graves de infección por el virus de SARS-CoV2.

Así lo afirma un estudio internacional publicado en la revista Cardiovascular Diabetology y en el que han participado grupos de investigación europeos de Francia, el Reino Unido y España, liderados desde el área CIBERDEM, el Grupo de Investigación en Endocrinología, Diabetes y Nutrición del Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – IIB Sant Pau, y el Servicio de Endocrinología del Hospital del Mar

Según el estudio los pacientes con diabetes y con complicaciones macrovasculares previas (enfermedad coronaria, enfermedad cerebrovascular o enfermedad arterial periférica) que ingresan por COVID-19 en un centro hospitalario presentan un peor pronóstico y el doble de mortalidad en comparación con la población general.

Diabetes, un factor de riesgo

Hasta la fecha se desconocía el impacto de presentar complicaciones crónicas asociadas a la diabetes en el pronóstico de la COVID-19.

“Este trabajo es el primero en demostrar que la presencia de complicaciones macrovasculares en los pacientes con diabetes que ingresan por COVID-19 implica un peor pronóstico y el doble de riesgo de mortalidad”, explica Dídac Mauricio, jefe de grupo del CIBERDEM en el IIB Sant Pau y coordinador del estudio.

En este sentido, el estudio retrospectivo multicéntrico recogió casos de diversas cohortes y analizó datos de un total de 4.106 adultos con diabetes preexistente hospitalizados por infección por COVID-19 en el Reino Unido, Francia y España durante la fase inicial de la pandemia (entre marzo de 2020 y octubre de 2020). De estos pacientes, un total de 1.652 (40,2%) tenían alguna enfermedad macrovascular previa, situándose el porcentaje de fallecimientos en el 28,5%.

Los investigadores destacan la importancia de valorar correctamente el pronóstico de los pacientes diabéticos, así como de realizar un seguimiento intensivo en este subgrupo de alto riesgo. “Además, estos resultados destacan la necesidad de diseñar programas específicos de salud pública dirigidos a prevenir la infección por SARS-CoV2 en esta población, que incluyan por ejemplo, entre otras medidas, reforzar las campañas de vacunación”, concluyen los investigadores.