En cuestiones y tendencias de pérdida de peso parece que gurús y expertos proliferan en cada esquina. Con el nacimiento de las redes, los fármacos y dietas 'milagro' son ya un contenido cotidiano que consume público de todas las edades. El problema es que existe mucha información engañosa se difunde cada vez más rápido y, pese a lo dañinos que pueden ser sus resultados, sigue siendo creíble y confiable para un sector amplio de la población. Cada año se gastan 2.300 millones de euros en "productos milagrosos" para adelgazar sin base científica. Y más del 67% de la información nutricional tampoco tiene fundamento ni evidencia empírica clara.
En este sentido, después de todo tipo de sustancias, productos, materiales y métodos, los fármacos destinados a tratar otras patologías están ganando fuerza en este terreno. Hace unos meses, uno de ellos acaparó la atención de la opinión pública y se posicionó como un arma eficaz para el tratamiento de la obesidad, Ozempic, aunque su compuesto principal (semaglutida) está destinado a tratar la diabetes.
La semaglutida es un fármaco que imita las hormonas incretinas que producimos cuando comemos. Los más importantes son GIP y GLP-1. Una de sus funciones es ayudar al páncreas a producir insulina y reducir los niveles de azúcar en la sangre. Por ello, resulta una línea de tratamiento muy eficaz contra la diabetes. Por otro lado, regula el apetito. Por ello, algunos endocrinólogos lo recetan a personas obesas o con sobrepeso.
Este fármaco, comercializado bajo la marca Ozempic, cuesta alrededor de 900 dólares (unos 923 euros) por dosis y está causando furor incluso entre famosos y 'celebrities'. Algunas personas influyentes como Kim Kardashian o Elon Musk han declarado que lo han integrado dentro de sus rutinas de adelgazamiento, consiguiendo una pérdida de peso superior al 20% de media, un resultado espectacular que ha despertado muchas expectativas. Este hecho está causando que incluso haya falta de suministro en algunas farmacias para los pacientes con diabetes a los que va destinado.
Los profesionales ya advierten de que puede haber "una disponibilidad intermitente" durante el 2023 de seguir en aumento la demanda. Sin embargo, la 'segunda vida' de este fármaco también está generando efectos adversos. Pese a ello, los logros en la báscula que promete, logrando hasta perder 10 kg en cuestión de tres meses, podrían estar ganando en beneficios a los riesgos derivados más allá de su uso aprobado. De hecho, en redes tan populares como Tiktok, el hashtag #ozempic tiene más de 200 millones de visitas. Allí, puedes ver usuarios que ni siquiera padecen obesidad aconsejando a otros sobre las dosis que les han funcionado, todo sin prescripción profesional. ¿Cuáles son los riesgos de esta práctica? Te los contamos.
Efectos adversos para no diabéticos
Es importante destacar que este fármaco tiene grandes beneficios para tratar la diabetes y es capaz de reducir otras problemas derivados como los ataques cardíacos, los derrames cerebrales o el riesgo de muerte causado por esta enfermedad. Sin embargo, y pese a que también ha mostrado resultados eficaces en la pérdida de peso, su control debe estar regulado estrictamente por un profesional para que no acuse los efectos adversos que se le han relacionado. De hecho, este fármaco está recomendado para casos de de obesidad o sobrepeso en los que un endocrino/a o especialista médico considere necesario o beneficioso su uso de manera controlada.
En los casos en los que no se produce ninguna de esta patología y su uso se hace de manera individual, los efectos pueden llegar a ser muy dañinos para el organismo. Después de las náuseas, el efecto adverso más común reportado por aquellos que lo han probado, y la aversión a la comida derivada de la falta de tolerancia a ciertos alimentos, existen otros más graves que pueden afectar gravemente a la salud. Entre ellos, la pancreatitis, la enfermedad de la vesícula biliar y la retinopatía diabética, además de un efecto 'rebote' a largo plazo, son algunos de los problemas que puede generar este medicamento si no se usa bajo una prescripción profesional.
Asimismo, también hay pocos datos sobre lo que ocurre cuando la gente deja de tomarlos de repente. Los expertos resumen los peligros en que un fármaco destinado para una enfermedad crónica para la diabetes no está creado para reportar resultados rápidos y milagrosos en otras patologías. Por otro lado, también se puede producir una 'asociación mental' negativa derivada de la intolerancia a estos alimentos durante el tiempo del tratamiento.
En este sentido, tras su revolución en internet, también han surgido las voces críticas de expertos e incluso casos concretos que lo han probado. Dany de la Garza, una nutricionista que también comparte vídeos acerca de los riesgos que existen en tendencias populares en este terreno, ha querido alertar sobre los peligros de la automedicación con Ozempic.
Tras enunciar y elogiar sus beneficios en lo que refiere a la diabetes, expone otros peligros de un medicamento que enuncia como 'fuerte', si no se lleva a cabo una línea de tratamiento indicada por un profesional. Entre ellos, destaca los siguientes:
- Tumor en la glándula tiroidea
- Pancreatitis
- Convulsiones
- Desarrollo de diabetes tipo II
- Derrames cerebrales
Además de todos ellos, la especialista señala que la toma del fármaco debe ser de manera progresiva para que el organismo aprenda a tolerarlo y se produzcan resultados seguros y eficaces. ''Si no se aumenta la dosis poco a poco, tu páncreas puede dejar de funcionar y, obviamente, también regresarás al peso en el que estabas'', señala.
Esto último, resalta, se produce porque son medicamentos denominados ''educadores'', que, si no se acompañan de dieta, ejercicio y buenos hábitos, hacen que se recupere el peso inicial. En el caso de hacerlo bajo supervisión médica, desde las fuentes profesionales, lo recomiendan en casos de obesidad cuyo tratamiento debe combinarse con una rutina de hábitos saludables que deberá mantenerse en el tiempo para mantener los resultados. Aún así, todavía no existen estudios que valoren sus efectos cuando se deja de tomar. Por ello, requieren de prudencia y una toma progresiva para ir valorando sus resultados y la respuesta del organismo ante los estímulos en la saciedad.