Los resultados de los trasplantes de páncreas siguen mejorando y hasta el 90% de los receptores con diabetes se libran tanto de la terapia de insulina como de la necesidad de un estrecho control de la glucosa tras el procedimiento, según un nuevo artículo publicado en el 'Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism', de la Sociedad Endocrina norteamericana.
El trasplante de páncreas es un tipo de cirugía en la que una persona con diabetes recibe un páncreas de un donante sano mientras que el páncreas natural no se extirpa. Las personas que reciben un trasplante de páncreas con éxito ya no necesitan insulina y tienen un buen control de la glucemia. La contrapartida es que se trata de una intervención quirúrgica importante y requiere que los pacientes tomen medicamentos para suprimir parcialmente su sistema inmunitario durante el resto de su vida.
"Un trasplante de páncreas mitiga los cambios en los niveles de azúcar en sangre, elimina el estigma y la carga diaria de la diabetes, restablece la regulación normal del azúcar en sangre en pacientes con diabetes complicada y mejora la calidad y la esperanza de vida", explica el doctor Jonathan A. Fridell, Jefe de Cirugía de Trasplante Abdominal de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana (Estados Unidos).
"A pesar de la mejora constante de los resultados, junto con la ampliación de los criterios de selección de pacientes para incluir a algunos pacientes con diabetes tipo 2, se ha producido un descenso de las cirugías de trasplante de páncreas en los últimos años", añade.
Los pacientes que se someten a un trasplante de páncreas con éxito pueden lograr un mejor control de la glucosa más allá de lo que se puede conseguir con cualquier otra forma de tratamiento de la diabetes hasta la fecha.
Sin embargo, el número de trasplantes ha disminuido debido a varios factores, como la falta de una fuente primaria de derivación y de aceptación general por parte de la comunidad de diabéticos; la ausencia de criterios consensuados; y problemas de acceso, educación y recursos dentro de la comunidad de trasplantes.
"Debería considerarse la posibilidad de realizar un trasplante de páncreas a un mayor número de pacientes con diabetes que no superan el tratamiento con insulina o que experimentan complicaciones diabéticas progresivas, independientemente del tipo de diabetes --recomienda Fridell--. Todos los pacientes con diabetes y enfermedad renal crónica deberían someterse a la consideración de un trasplante combinado de riñón y páncreas, independientemente de la geografía o la ubicación".