A una semana de la celebración del día mundial de la diabetes se suceden los mensajes de colectivos profesionales y representantes de pacientes en torno al lema principal de este año «Educar para proteger el futuro». La educación en diabetes sigue siendo la clave, la necesidad no resuelta en diabetes y el margen de mejora que año tras año se solicita. Son necesarias más profesionales de la educación en diabetes, una mayor inversión en personal y una reforma de algunos materiales educativos que han quedado obsoletos por el avance de la tecnología y la llegada de nuevos fármacos.
La investigación en diabetes y la imparable introducción de mejoras diagnósticas y terapéuticas, así como de innovadoras tecnologías para facilitar el control de la glucosa en personas con diabetes, está permitiendo un progreso sustancial en el manejo de esta enfermedad y de sus complicaciones, así como una mejoría importante en la calidad de vida de los pacientes y sus familiares. Sin embargo, se identifican aún déficits ‘crónicos’ y surgen también nuevos retos que amenazan los avances en este ámbito.
Así se constata desde la Sociedad Española de Diabetes (SED) y su Fundación (FSED), y también desde la Federación Española de Diabetes (FEDE), que aprovechan la próxima celebración del Día Mundial de la Diabetes (el 14 de noviembre) para exponer tanto las mejoras alcanzadas como para subrayar el importante margen de mejora que existe en la atención de las personas con diabetes en España, poniendo el foco principalmente en el acceso a los cuidados y la educación en diabetes
Tal y como destaca la Dra. Sonia Gaztambide, presidenta de FSED, “está claro que educación en diabetes, como parte del tratamiento de la diabetes, cobra cada día más fuerza. Ahora falta que las autoridades en España pongan los medios para ello, con la creación de un perfil de profesionales para educar en diabetes y la posibilidad de tener tiempo para ello, que permita programar y estructurar la educación”.
Educación en diabetes: falta de profesionales y de formación
La educación terapéutica en diabetes ha pasado de ser una necesidad a erigirse en una prioridad y una urgencia. El aumento imparable de casos y la aparición de importantes novedades en el control y manejo de la enfermedad precisa, más que nunca, esfuerzos formativos, acompañados de las indispensables medidas de equidad para facilitar el acceso de todas las personas con diabetes a estos nuevos recursos.
El DMD, que anualmente convoca la International Diabetes Federation (IDF), y que apoya desde nuestro país la Sociedad Española de Diabetes (SED) y su Fundación (FSED), se celebra este año bajo el lema«Educar para proteger el futuro», poniendo sobre todo en valor el papel que desempeña la Enfermería. Y es que, como destaca Carmen Yoldi, del grupo de Educación Terapéutica y vocal de la SED, “la educación terapéutica la lideran las enfermeras expertas en diabetes”, un hecho que resulta importante pero no exento de problemática, sobre todo porque “algunas enfermeras educadoras en diabetes han llegado a su edad de jubilación, o están prontas a alcanzarla, y la previsión que se hace para cubrir su plaza deja mucho que desear”.
Esto supone, entre otras consecuencias, que la atención y educación de las personas con diabetes puede recaer en profesionales no formados adecuadamente y, de esta manera, se impactaría directa y negativamente en la calidad de los cuidados que reciben estas personas.
Estos déficits también se reproducen en lo que respecta al uso y optimización de los recursos tecnológicos indicados en diabetes, con la constante incorporación de novedades que, en muchos casos, no se acompañan de los medios y la formación adecuada para su correcta y plena implementación. “La tecnología por sí sola, no funciona: se requiere de sesiones educativas para que los pacientes puedan obtener el máximo beneficio con el uso de la tecnología”, apunta Yoldi, quien recuerda que “las enfermeras reclamamos el reconocimiento de la acreditación de Enfermera de Práctica Avanzada en Diabetes para garantizar que los profesionales que imparten educación terapéutica han adquirido las competencias necesarias”, una acreditación que se ha ido reconociendo en algunos hospitales de manera aislada pero que sigue siendo una necesidad por resolver a nivel nacional.
Desigualdades significativas
Desde la SED/FSED se pone en valor la importancia de la educación en diabetes, distinguiendo entre ofrecer información y formar: impartir educación va mucho más allá de facilitar conocimientos. “La educación consiste en acompañar al paciente en su proceso de aprendizaje y ayudarlo a integrar el tratamiento en su vida cotidiana, motivarlo para ello, intentando mantener su calidad de vida”, indica el Dr. Antonio Pérez Pérez, presidente de SED, quien matiza que “esta educación en diabetes debe impartirse mediante programas estructurados, planificando en el tiempo los contenidos que se van a impartir y adaptándolos a las necesidades de los pacientes”.
“Muchas personas con diabetes, principalmente con diabetes tipo 2, nunca han accedido a una sesión educativa”, asegura Carmen Yoldi. Sin embargo, hay estudios que demuestran que impartir educación en diabetes a personas con diabetes tipo 2 puede llegar a reducir un punto los valores de hemoglobina glicada, una reducción mucho mayor que la procurada por tratamientos farmacológicos para la diabetes. En definitiva, resume, “demandamos que haya un mayor acceso de las personas con diabetes a la educación terapéutica y que éste sea más equitativo”.
Y es que un aspecto que preocupa especialmente es la existencia de desigualdades en el acceso de la población a los cuidados en diabetes. Según la Dra. Gaztambide, “dependiendo de donde vivas puedes tener mayor o menor acceso a la educación en diabetes”; en concreto, “el acceso de las personas con diabetes a la educación terapéutica sigue dependiendo del código postal en el que viven, con una falta de equidad preocupante”, denuncia Carmen Yoldi, que ejerce como Enfermera de Práctica Avanzada en la Unidad de Diabetes del Servicio Endocrinología del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona).
Los propios representantes de los pacientes advierten estas inequidades. “Desde FEDE trabajamos para reducir esta brecha, pero la transferencia de las competencias de Sanidad hace que sigan existiendo diferencias de acceso tanto en tratamientos y material como en el tiempo que transcurre hasta el acceso a los mismos”, afirma el presidente de la Federación Española de Diabetes, Juan Francisco Perán
En general, se señala que “la administración invierte muy poco en ampliar recursos técnicos y humanos para la atención a la diabetes”, según Sonia Gaztambide. En el caso específico de las enfermeras, la ratio en España es de 5 enfermeras por cada 1000 habitantes, muy por debajo de la media europea (que asciende a más de 9); estas ratios se pueden extrapolar a la atención de la diabetes. En cualquier caso, como admite la presidenta de la FSED, “se ve cierta luz al final del túnel, sobre todo tras la reciente aprobación en el Senado de competencias en educación y la creación de nuevos diplomas de acreditación en Enfermería para cuidados y atención de personas con diabetes, aunque esto debe ser ratificado por el Congreso y Ministerio de Sanidad”.
Avances
En cuanto a la tecnología, la pandemia COVID19 aceleró la implementación de la telesalud. Sin embargo, “los recursos que se invierten son insuficientes”, afirma el presidente de la SED. En muchos centros no se suele disponer de ordenador con micrófono y cámara para poder hacer una videoconferencia con el paciente, se carece de espacios que sean tranquilos para contactar con el paciente (garantizando calidad en la comunicación y la confidencialidad), los teléfonos no suelen tener supletorios inalámbricos para que el profesional pueda trabajar teniendo ambas manos libres,…
Con todo, desde la SED/FSED también se reconocen los importantes progresos que se han alcanzado en los últimos meses en el abordaje de la diabetes, sobre todo con avances tecnológicos. Este año, por ejemplo, se ha aprobado la financiación de los sistemas Flash para personas con diabetes tipo 2 (DM2) en tratamiento con pauta de insulina bolo-basal; sin embargo, como indica Carmen Yoldi, “tal como ocurrió cuando se aprobó la financiación pública para su uso en personas con diabetes tipo 1, no se han facilitado recursos ni formación para su implementación”. En este sentido, la SED ha elaborado materiales de soporte unificados que facilitan a los profesionales implementar el uso de esos dispositivos en personas con DM2.