El pasado mes de mayo, Kelly dio a conocer la noticia de que estaba embarazada de su primer hijo de su novio Sid Wilson, famoso integrante de la banda de rock Slipknot.
Kelly Osbourne sabía que algo no iba bien cuando entró en su tercer trimestre de embarazo. Después de instar a su médico a que examinara más de cerca algunos de sus síntomas, como el rápido aumento de peso, una fatiga inusual y la hinchazón de los tobillos, la cantante recibió un diagnóstico que no esperaba recibir.
"En primer lugar, la diabetes gestacional no es culpa tuya", dijo Osbourne en una entrevista a la revista People, antes de conmemorar el primer Día Nacional Sin Azúcar, el 3 de octubre, en Estados Unidos.
"Me lo diagnosticaron entrando al tercer trimestre, así que no lo desarrollé como algunas personas que lo tienen desde el principio cuando están embarazadas. La contraje en el tercer trimestre y, básicamente, pensé que era algo que había hecho mal", describió Kelly.
Según los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), la diabetes gestacional se produce cuando el cuerpo de una mujer embarazada no puede producir suficiente insulina, una hormona creada por el páncreas que permite la entrada de azúcar en la sangre. Aunque todas las mujeres tienen cierta resistencia a la insulina, la diabetes gestacional sólo afecta al 2%-10% de los embarazos.
Tras analizar a profundidad su alimentación, la estrella británica decidió hacer algunos cambios y empezó a eliminar el azúcar y a vigilar su consumo de carbohidratos. "Durante todo el embarazo, no he tenido ningún antojo, excepto de azúcar, algo que nunca había tenido antes", dijo la cantante que espera su primer bebé con el músico de Slipknot, Sid Wilson. "No estaba comiendo bien".
Una vez que su nuevo plan de comidas comenzó a seguir su curso, la futura mamá notó varios cambios casi al instante. "He perdido 5 kilos durante el embarazo", compartió la londinense. "En cuanto eliminé el azúcar, tuve un poco de dolor de cabeza durante un tiempo. No voy a mentir. Es un poco un shock para tu sistema", añadió.
A medida que se acerca el final de su embarazo, Kelly, que dice que "se siente muy bien", quiere que las nuevas mamás de todo el mundo no se preocupen si reciben el mismo diagnóstico.
"Ojalá hubiera tenido este tipo de incentivo antes, porque nunca he sido capaz de cumplir nada al cien por ciento como lo he hecho porque no lo hago por mí", advirtió la artista. "Lo hago por mi bebé. Pero he aprendido".
Como mamá primeriza, es un tanto lógico que Kelly Osbourne sienta algunos temores relacionados con la maternidad -y todo lo que ella envuelve-, pero sobre todo, por cómo la bienvenida de un nuevo ser afectará a su salud mental, que durante años ha sido objeto de polémicas. Por ello, la cantante y presentadora reveló su decisión de no dar pecho a su hijo una vez que dé a luz.
Durante su paso por el programa 'Red Table Talk’, conducido por Jada Pinkett Smith, la hija más famosa de los Osbourne afirmó: "He decidido que seguiré con mi medicación en lugar de amamantar a mi bebé y los juicios que he recibido de mis amigos y también de la familia política han sido salvajes".
Pero a pesar de las críticas, la actriz está consciente que lo mejor para ella será inevitablemente lo mejor para su bebé, por lo que ha hecho caso omiso a la opinión de los demás. Contundente, Kelly dijo: "Lo mejor para mí será lo mejor para mi bebé".
Para la estrella británica, el embarazo ha sido otra de las experiencias "más duras, más raras y más salvajes" de la vida, pues desde entonces ha sido víctima de sus propias hormonas.