Dos batidos de Cacaolat, dos vasos de Aquarius y dos sobres de azúcar de 10 gramos cada uno; todo esto es lo que hoy he necesitado para evitar una grave hipoglucemia. Soy joven, pero debuté en el año 2012, así que ya tengo cierta experiencia, y hoy les voy a explicar mi peor momento hasta la fecha como diabético tipo 1.
A las 13:30 horas del día de hoy empezaba a comer estando a 204 de glucosa (esta mañana he estado un poco alto). Media hora después de comer, me he dado cuenta que no había guardado la pluma de insulina Fiasp (insulina ultrarrápida) en su sitio, así que me he extrañado. Normalmente cargo la dosis de insulina que me voy a poner antes de empezar cada comida, de forma que si la pluma está cargada, es que todavía no me he inyectado la dosis. La cuestión es que hoy, después de comer, la pluma no estaba en su sitio y, además, estaba cargada con 6 unidades, que son las que (en teoría) ya me había administrado. He pensado que me había descuidado, por lo que me he inyectado esas 6 unidades pensando que no lo había hecho antes de empezar a comer.
A los diez minutos me ha venido a la mente una imagen mía inyectándome insulina justo antes de comer, así que he empezado a sospechar que, probablemente, me había administrado dos veces esas 6 unidades de insulina (una antes de empezar a comer y otra inmediatamente después). Efectivamente, mis sospechas eran verdaderas. He comenzado a ingerir todo lo que al principio del texto he mencionado, pero unos minutos después estaba a 144 (de 204 a 144). Al cabo de unos minutos más, mi nivel de glucosa ya era de 99. Me he asustado y he llamado a emergencias. Serenamente les he explicado la situación, a lo que me han dicho que al haber podido detectar mi error tan pronto, podía salir de la situación si iba ingiriendo azúcares y, al mismo tiempo, me iba monitoreando mis niveles de glucosa en sangre.
Ahora mismo son las 16:21 y mi nivel de glucosa es de 184, pero les confieso que el mal rato que he pasado hoy no lo voy a olvidar en mi vida. Creo que esto invita a la reflexión: a veces la gente, como nos ve hacer vida normal, tienden a pensar que esto de la diabetes con algunos pinchacitos en los dedos y la típica inyección de insulina antes de las comidas, se lleva sin problema. Sin embargo, aunque es cierto que con responsabilidad uno puede llevar una vida normal, hay que tener en cuenta que cada vez que nos administramos insulina (y no son pocas estas situaciones) tenemos ante nosotros una gran responsabilidad, porque podemos llegar a pagar muy caro simples despistes; y todo el mucho tiene derecho a despistarse de vez en cuando.
Después de haberles explicado esto me siento mejor. Me gusta leer las experiencias que la gente publica en este foro, aunque pocas son las veces que comento. Espero que mi experiencia también ayude a la gente, o al menos invite a la reflexión.
Un abrazo y mucho ánimo a todos los que sufrís esta enfermedad. Sé muy bien que a veces puede ser desesperante, pero siempre hay sol entre las nubes.