Hasta ahora, esta insulina solo estaba indicada en España para los adultos con diabetes.
Fiasp -la insulina Faster Aspart de acción rápida de Novo Nordisk– ya está disponible en España para niños a partir de un año y adolescentes con diabetes tipo 1 o tipo 2. Hasta ahora, esta novedosa insulina por su mecanismo de acción solo estaba indicada en España para los adultos con diabetes. “En la población pediátrica, la principal dificultad con la que nos encontramos para el buen control de la diabetes es evitar las hiperglucemias que se producen después de las comidas”, afirma la doctora Marta Ferrer, de la Unidad de Endocrinología Pediátrica del Hospital Miguel Servet (Zaragoza).
Esta nueva insulina, explica la doctora Ferrer, representa una nueva generación de insulinas prandiales o de acción más rápida. Su absorción inicial y pico de acción son más precoces que los análogos de insulina de acción rápida actuales, con lo cual reduce el pico de hiperglucemia precoz que se produce a la hora u hora y media después de comer”.
Para estos grupos de edad, es recomendable que Fiasp se administre antes de las comidas (de 0 a 2 minutos antes del comienzo de la ingesta). Sin embargo, Fiasp también puede administrarse hasta 20 minutos después del comienzo de la ingesta (administración posterior a la comida) en aquellas ocasiones en las que la persona con diabetes no sepa con seguridad a qué hora va a comer.
Complicaciones en población pediátrica
“Se estima que en nuestro país la incidencia de diabetes tipo 1 en menores de 15 años es de 15-20 casos nuevos por cada 100.000 niños/año”, señala la experta. Los adolescentes, continúa, son el grupo de edad en el que es más difícil alcanzar los objetivos glucémicos (en general, hemoglobina glicosilada <7%). “Un objetivo que alcanzan menos de la mitad de los adolescentes, entre el 30-40%”.
Las complicaciones más comunes en la población pediátrica a causa de un mal control de la diabetes son las hipoglucemias leves, graves y la descompensación hiperglucémica con riesgo de cetoacidosis. “Aunque poco a poco va disminuyendo su frecuencia gracias a los nuevos tratamientos, dispositivos y la educación diabetológica. Esta última es un pilar necesario para que los avances se traduzcan en una mejora en el control glucémico. Pero debe llevarse a cabo desde el diagnóstico de la enfermedad y, en el caso concreto de los niños, la implicación de la familia es clave”, advierte la doctora Marta Ferrer.