Un diagnóstico positivo para diabetes tipo 1 en sus hijo es el factor común entre un grupo de madres, que decidió hacer algo distinto y ser el reflejo de que el país cuenta con talento humano que ha logrado notables aportes en el área de la salud, por lo que crearon la Asociación Civil Guerreros Azules.

Esta organización nació de la preocupación que despertaba el desconocimiento sobre cómo tratar la enfermedad, por lo que desde hace un año las madres integrantes se mantienen realizando una significativa labor para mejorar la calidad de vida de los niños con diabetes tipo 1 y a sus familiares mediante la orientación y herramientas educativas.

Martha Palma Troconis, Melissa Cipriani, Mariola Osechas e Ileana Gil forman parte del equipo fundador de la asociación civil, la cual concientiza sobre los paradigmas que puedan existir en el manejo y el control de la enfermedad cuando un niño “debuta”, es decir, cuando es diagnosticado con diabetes tipo 1.

El proyecto, que cuenta con más de 200 miembros registrados, celebró la segunda edición del evento “El Camino del Guerrero”, una actividad que reúne a niños diabéticos y padres con la intención de fomentar un mensaje: la diabetes se afronta en familia, pues en los hogares venezolanos cada grupo familiar tiene retos que superar.

“Es una actividad única en el país y quizás en el mundo, los padres pueden compartir con otros padres, los niños con otros niños. Antes no se hacía nada para estos niños, pero a partir de ahora nosotros estamos luchando por ellos”, indicó Troconis, fundadora de la red de apoyo en una entrevista exclusiva para El Nacional Web.

Niños de distintos centros de salud en Caracas, la mayoría provenientes del hospital J.M. de los Ríos, pudieron disfrutar de un día fuera de la rutina en las instalaciones del colegio San Ignacio con una serie de actividades deportivas y recreativas, en las que los niños eran distribuidos en ocho estaciones, cada una con un mensaje positivo sobre la condición.

La fundación es la primera en el país que trabaja con la intención de educar a las familias sobre una condición en pacientes infantiles, esto con el fin de crear conciencia para despejar prejuicios y falsas concepciones.

La realidad también golpea a los corazones azules

La escasez de medicinas en Venezuela ha sido una dificultad para el control metabólico de los pacientes con diabetes, quienes -al no disponer del tratamiento- son más susceptibles a desarrollar complicaciones, bien sea por hipoglucemia (baja de azúcar) o cetoacidosis (glucosa elevada).

“Actualmente tenemos muchos problemas. Los niños no están recibiendo la insulina y la que llega, es de muy alto costo. Ahora no solo necesitan insulina los niños del hospital, sino también los de las clínicas privadas por la escasez tan grande que existe. A esto se le suma la desnutrición que existe en los infantes”, afirmó la fundadora de la organización.

Ante la falta de alimentos en los centro de salud capitalinos, Guerreros Azules organiza “Dulce Desayuno”, una actividad en la que se entregan comidas a niños y que son preparadas bajo el control de un nutricionista luego que la fundación recibiera reportes de infantes con diabetes que llegaban desmayados a distintos hospitales.

A pesar de las dificultades de llevar a cabo una actividad que beneficie el sector salud en Venezuela, Guerreros Azules trabaja para despejar las dudas que rodean a los niños y jóvenes que no consideran la diabetes como una enfermedad. El proyecto que comenzó gracias a la iniciativa de cuatro madres se convirtió en una familia que sigue trabajando por el país y se esfuerza por dejar atrás los paradigmas sobre una vida limitada con diabetes.