La diabetes tipo 2, el tipo más común de diabetes, es una enfermedad directamente relacionada con un alto nivel glucosa en la sangre y en muchas ocasiones puede tratarse de una afección invisible ya que es posible que padecerla sin ser uno consciente.
La buena noticia es que se puede prevenir y tratar gracias a una correcta alimentación y a la practica de ejercicio físico. Dos aspectos fundamentales sobre todo cuando se llegan a determinadas edades.
Según comenta la dietista y nutricionista Júlia Farré la diabetes tipo 2 se conoce como “la diabetes del adulto, aunque también afecta a niños, porque está vinculada a malos estilos de vida, sobrepeso y sedentarismo ya que el exceso de grasa acaba provocando diabetes y desórdenes hormonales”. "Toda la grasa del cuerpo está activa metabólicamente, constantemente genera hormonas y sustancias que afectan al cuerpo", añade.
Y conviene tomarse en serio la posibilidad de sufrir diabetes ya que entre las consecuencias se encuentra la posibilidad de desarollar enfermedades cardiovasculares o cáncer, entre otras. "Las enfermedades relacionadas con la diabetes son muchas, y ésta no se controla solo con el consumo del azúcar sino que es necesario evitar el sobrepeso y realizar ejercicio físico. La diabetes no es solo cuestión de azúcar”, explica.
6 claves y ejercicio físico
Llegados a este punto, los aspectos, además de actividad física regular, que son necesarios introducir en la dieta, bien con fin preventivo, bien para controlar la diabetes de tipo 2 son:
· Consumo de carbohidratos. Es importante comer carbohidratos complejos (quinoa, legumbres, pan y arroz integrales), porque son de absorción lenta y aportan energía de forma sostenida, evitando picos.
· Verduras y hortalizas. Básicas en cualquier tipo de dieta, no solo en la recomendada para diabéticos, aunque en este caso deben constituir la base fundamental.
· Fruta. Como asegura la y dietista, es “un mito” que un diabético no pueda comer fruta, y por ejemplo se pueden incorporar trozos en recetas que en conjunto con otros alimentos no son perjudiciales.
· Grasas. El perfil de las grasas es muy relevante en la dieta de un diabético por lo que el pescado azul, como la caballa, de pequeño tamaño para evitar los metales pesados, grasas vegetales procedentes del aceite de oliva, de sésamo y aguacate y frutos secos, son básicos también.
· Dieta baja en sal. La hipertensión a menudo está relacionada con la diabetes por lo que para contrarrestar la ausencia de sal se pueden emplear hierbas aromáticas.
· Dieta rica en magnesio y potasio (diurético). Es importante reducir el proceso inflamatorio que conlleva el sobrepeso con una dieta rica en magnesio y potasio (diurético) y para ello, la mediterránea es fundamental, aunque la asiática también puede ser recomendable.
