Investigadores y estudiantes de los Centros Universitarios de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) y de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara estudian el β-cariofileno, una molécula que ha tenido usos útiles comprobados en el tratamiento de ansiedad y depresión.
Esta molécula no adictiva se encuentra en algunas hierbas de uso culinario, como albahaca, orégano, romero, pimienta negra, clavo de olor, entre otras, pero también de la marihuana (Cannabis sativa), que es la fuente de la que los investigadores están realizando su trabajo.
Los científicos han expandido la investigación del β-cariofileno y examinan su efecto en el metabolismo de la glucosa, el dolor neuropático y la depresión asociada a la diabetes.
El responsable de la investigación es el doctor en Ciencias Juan Manuel Viveros Paredes, profesor del Departamento de Farmacobiología del CUCEI, quien asegura que en la planta de cannabis hay más de 400 compuestos, de los cuales 140 son terpenoides y uno de ellos es el β-cariofileno.
De acuerdo con información publicada por la Agencia ID, el doctor Viveros Paredes aseguró que “hasta ahora los resultados in vivo en roedores son alentadores para pensar que con una sola dosis diaria tomada regularmente de esta molécula podría haber un efecto múltiple contra cualquier tipo de diabetes crónica mal tratada y sus secuelas, sin necesidad de varios fármacos. Podrá ser un coadyuvante de las terapias ya prescritas”.
El estudio del doctor Viveros Paredes y su equipo trabajó con grupos de roedores que presentaban diabetes. Luego de la administración de la molécula β-cariofileno, se logró observar una reducción en la concentración de la glucosa en la sangre. Se disminuyó además el dolor por neuropatías asociadas al padecimiento e incluso se controló la depresión causada por la misma enfermedad y los fármacos para tratarla.
“Observamos que los ratones con diabetes presentaban una mayor inmovilidad con respecto a nuestro grupo control, y también que el grupo tratado con β-cariofileno”, agrega la estudiante del doctorado en Ciencias en Procesos Biotecnológicos, del CUCEI. Sin embargo, en los que se trató con la sustancia revirtieron la inmovilidad y, por tanto, la depresión”, explicó la maestra Dalia Samanta Aguilar Ávila, integrante del equipo científico.
El estudio tuvo participación también del Centro de Investigación Biomédica de Occidente, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Universidad de Berna, en Suiza, institución que aísla y caracteriza el β-cariofileno de la cannabis.