Los psiquiatras saben que los pacientes que toman medicamentos antipsicóticos tienden a aumentar de peso. Ahora, una nueva investigación realizada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, muestra que los niños y adolescentes tratados con antipsicóticos durante tan solo 12 semanas experimentan ganancias significativas en la grasa corporal y también se vuelven menos sensibles a la insulina.
Los hallazgos, de investigadores de la Universidad de Washington y la Universidad Atlantic de Florida, se publican este miércoles en la revista 'JAMA Psychiatry'. Aunque originalmente se desarrollaron y aprobaron para tratar afecciones como la esquizofrenia de inicio pediátrico, se prescriben fármacos antipsicóticos para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en muchos jóvenes que no responden a los medicamentos estimulantes, como el 'Ritalin'.
"Los medicamentos antipsicóticos pueden ser útiles para muchos como tratamiento para los trastornos del comportamiento --explica el primer autor del estudio, Ginger E. Nicol, profesor asociado de psiquiatría infantil en la Universidad de Washington, Estados Unidos--. Pero sabemos que estos medicamentos también tienen efectos secundarios que implican ganancia de grasa y resistencia a la insulina, precursores importantes de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Nuestros resultados subrayan la necesidad de una mayor vigilancia con respecto a los efectos secundarios al recetar estos medicamentos".
Los investigadores estudiaron a 144 jóvenes del área de St. Louis, de entre 6 y 18 años, a los que se les recetaron medicamentos antipsicóticos para tratar trastornos de conducta disruptiva. Los niños en el estudio fueron elegidos al azar para recibir uno de tres antipsicóticos: aripiprazol, olanzapina o risperidona.
Utilizando escáneres de absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA), los científicos midieron la grasa corporal total de los pacientes antes de que se les prescribieran fármacos antipsicóticos; después de seis semanas de tratamiento; y a las 12 semanas, cuando concluyó el estudio. Los jóvenes también recibieron resonancias magnéticas al inicio del estudio y 12 semanas más tarde, midiendo la grasa subcutánea y visceral en el abdomen, factores de riesgo conocidos para la diabetes, presión arterial alta y enfermedad cardiovascular. La sensibilidad de los niños a la insulina también se midió al comienzo y al final del periodo de análisis de 12 semanas.
AUMENTO DEL SOBREPESO EN 12 SEMANAS
"Al comienzo del estudio, alrededor del 30 por ciento de los jóvenes de nuestra muestra tenían sobrepeso u obesidad, que es exactamente la misma tasa que vemos en la población general --dice John W. Newcomer, investigador principal del estudio y profesor de Ciencias Médicas Integradas en la Facultad de Medicina Charles E. Schmidt de la Universidad Florida Atlantic--. Pero después de solo 12 semanas de tratamiento, la tasa de personas con sobrepeso u obesidad aumentó a 46,5 por ciento. En esencia, pasamos de uno de cada tres niños que cumplían los criterios para tener sobrepeso u obesidad, a uno de cada dos".
Un medicamento en particular, la olanzapina, produjo los mayores incrementos en la grasa corporal, pero la grasa también aumentó significativamente en los niños que tomaron los otros dos medicamentos. Los escáneres DEXA mostraron que aproximadamente la mitad del aumento de peso era agua, y la mitad era grasa nueva.
"Sabíamos que estos medicamentos estaban causando aumento de peso, pero no sabíamos cuánta de esa ganancia era grasa --señala Newcomer, quien también es profesor adjunto de Psiquiatría en la Universidad de Washington--. También sabíamos que los niños que tomaban antipsicóticos tenían un mayor riesgo de diabetes. Pero hasta ahora, nadie había conectado esos puntos a través de una vía que implicaba un aumento de la grasa corporal y una disminución de la sensibilidad a la insulina".
Las ganancias en grasa corporal y las pérdidas en la sensibilidad a la insulina se observaron en los jóvenes tomaran o no medicamentos estimulantes. Eso a pesar del hecho de que muchos niños con 'Ritalin' u otros estimulantes pierden peso o crecen más lentamente que sus compañeros que no toman esos medicamentos. "Algunos médicos esperaban que el tratamiento con estimulantes pudiera contrarrestar el aumento de peso y grasa inducido por antipsicóticos --dice Nicol--. Pero en nuestro estudio, los estimulantes no parecen marcar ninguna diferencia".
Debido a que los medicamentos antipsicóticos ofrecen beneficios psiquiátricos en muchos niños que no son psicóticos, pero tienen trastornos de conducta disruptiva, Nicol está estudiando intervenciones destinadas a ayudar a prevenir algunos de los aumentos de grasa corporal vinculados con el tratamiento antipsicótico.