Presidente desde mayo de Diabetes Zaragoza, asociación que este año celebra su 50 aniversario y que promueve la IV Carrera Solidaria Unidos por la Diabetes que tendrá lugar el próximo domingo 1 de diciembre en Zaragoza.
—¿Cómo surgió la asociación?
—Nació en 1969 como delegación en Zaragoza de la Asociación de Diabéticos Españoles. Y es la evolución de un sistema nacional de lucha contra la diabetes creado por Cruz Roja, ya que en aquellos tiempos no se trataba en el sistema nacional de salud. Desde entonces, hemos sido la Asociación de Diabéticos de Zaragoza. Con la conmemoración del 50 aniversario hemos cambiado nuestra denominación, somos Diabetes Zaragoza.
—¿Cuántos socios tienen?
—Somos unos 1.100 socios. Y entre las ventajas está el contar con un asesor médico y un servicio de atención individualizada de resolución de dudas y de autocuidados, además de otros específicos para estos enfermos, como podólogos, salud ocular o fisioterapia. Porque la diabetes es una carrera de fondo en la que primero tomas una pastilla, luego pasas por la insulina y terminas con problemas en los pies, la vista, etcétera. Es una enfermedad progresiva. Siempre va a más y es necesario cuidarse.
—¿Cuáles han sido sus luchas?
—Una de las primeras fue que el sistema de salud facilitara jeringuillas y agujas desechables, porque la insulina no venía como ahora en plumas recargadas. La siguiente fue las tiras de control, porque los primeros medidores de glucosa portátiles eran muy caros. Y actualmente, estamos luchando por los medidores continuos de glucosa, unos sensores insertados en la piel que envían, sin necesidad de pincharse, la lectura a un dispositivo, que puede ser un móvil. Aragón lo subvenciona a algunos pacientes, como a niños y jóvenes, pero queremos que se extienda a la totalidad.
—¿Por qué aparece la diabetes?
—Porque el páncreas no produce la cantidad suficiente de insulina que el cuerpo necesita para mantener los valores adecuados de glucosa en sangre.
—¿Cómo es la vida de un diabético?
—Cuando debutas en la diabetes se te cae el mundo, a ti y a tu familia, y no digamos si el enfermo es un niño. Al principio, se es muy estricto, pero conforme avanzas en el tratamiento hay quien se vuelve indisciplinado y se relaja.
—Está de moda el ‘sin azúcar’. ¿Son alimentos recomendables?
—El problema es que llevan edulcorantes para darles sabor y, al final, tienen mucha grasa. Lo que se recomienda es comer lo natural, moderando las cantidades y sobre todo los excesos de hidratos de carbono, porque al final se convierten en azúcar.
—¿Es fácil ser diabético hoy en día?
—Sí. Los hospitales cuentan con educadores muy buenos. Pero los datos dicen que en Aragón hay 132.000 diabéticos, de los que más de 44.000 no lo saben.
—¿Aún se realizan amputaciones?
—Sí. Pero por mal control a largo plazo.
—¿Y el futuro?
—Camina hacia tecnologías de control y de medición y hacia la investigación de células madre. Mientras, en niños y jóvenes se trabaja con bombas de insulina, una especie de páncreas artificial.