Los estudios más recientes indican que el 14 por ciento de los españoles mayores de 18 años presentan una diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y que en la mitad de los casos no se ha diagnosticado.
Aunque la metformina continúa siendo el fármaco de primera elección para el tratamiento en adultos, en los últimos diez años se han comercializado otras soluciones que son eficaces en la disminución de los niveles de glucemia, pero que van más allá y promueven otros beneficios para el paciente. La reducción de la morbimortalidad cardiovascular y un mejor control metabólico son los más destacados.
José Javier Mediavilla, médico de familia y miembro del Grupo de Diabetes de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), ha repasado las nuevas familias de fármacos para DM2 en el 21 Congreso Nacional Farmacéutico, que, además de abordar asuntos profesionales de máxima actualidad, no ha querido dejar de lado algunas de las patologías más prevalentes, como la diabetes.
“No producen hipoglucemia y no sólo bajan la glucemia sino que aportan más beneficios”, afirma el experto.
“Los nuevos fármacos son seguros y aportan otros beneficios”
Los inhibidores de la dipeptidil peptidasa 4 se caracterizan por estimular el aumento de la concentración del péptido similar a glucagón tipo 1 GLP-1 y la secreción de insulina en la célula beta del islote pancreático. Son fármacos muy seguros y se pueden utilizar en situaciones de insuficiencia renal: “Tienen muy pocos efectos secundarios y se prescriben mucho en Atención Primaria como fármacos de segundo escalón, fundamentalmente para los ancianos”.
Los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa tipo 2 (SGL T2) reducen la reabsorción renal de glucosa e incrementan su eliminación urinaria, disminuyendo las concentraciones de glucosa. Y los agonistas del receptor de GLP-1 son un tipo de medicamento con acción incretina. Estos medicamentos (exanatida, liraglutida, lixisenatida, dulaglutida, semaglutida, albiglutida) copian o imitan la acción del GLP-1 producido por el cuerpo.
Por el cumplimiento
Se han desarrollado diversos agonistas del receptor GLP-1 de acción corta, larga y prolongada con diferencias estructurales, farmacodinámicas y clínicas que pueden administrarse en diferentes combinaciones terapéuticas, lo que permite individualizar el tratamiento. Son inyectables e incluso pueden administrarse semanalmente, lo que facilita el cumplimiento terapéutico.
“Algunos de los fármacos de estas dos últimas familias disminuyen la morbimortalidad cardiovascular en pacientes cardiópatas o de alto riesgo”, explica a CF Mediavilla. También favorecen la pérdida de peso, de cuatro y más kilos, lo que resulta beneficioso para los pacientes con diabetes y sobrepeso. Asimismo, bajan la presión arterial, lo que redunda en un mejor control metabólico.
Estos dos grupos también tienen efectos adversos. En el caso de los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa tipo 2, el principal problema son las infecciones genitourinarias, sobre todo las micóticas genitales. Las náuseas y los vómitos son las posibles complicaciones de los agonistas del receptor de GLP-1.
“La farmacia es clave para hacer seguimiento y reforzar el cumplimiento”
Los endocrinos son los profesionales que más prescribían estos fármacos, pero cada vez se hace más en el primer nivel asistencial: “Se recetan más sustituyendo a medicamentos más antiguos que causan hipoglucemia y no tienen estos beneficios, siempre respetando la metformina, que sigue siendo la base del tratamiento”.
En las farmacias
La diabetes es una enfermedad integral, lo que amerita una atención desde distintos niveles asistenciales y por parte de todos los profesionales sanitarios.
En este contexto, el papel del farmacéutico de la farmacia comunitaria es esencial junto al que desempeñan los demás profesionales sanitarios, tal y como subraya Mediavilla: “Su papel es muy importante para hacer seguimiento y reforzar el cumplimiento del tratamiento.
También para asesorar en cuanto a las medidas higiénico-dietéticas y sobre los efectos secundarios”.
