Se trata de un equipo ciclista profesional de segunda división mundial. Compite en carreras élites internacionales y celebra sus triunfos como los demás. Pero tiene una particularidad: todos son diabéticos tipo 1.
La misión del equipo es educar, inspirar y alentar a la gente afectada por la diabetes a perseguir sus sueños, cuenta Brais Dacal, de 25 años oriundo de Galicia.
Las cargas de entrenamiento del team Novo Nordisk son las mismas que las de otros equipos y competidores. “La manera en la que manejamos nuestra nutrición es la misma, lo único es que tenemos una condición añadida que es la diabetes tipo 1 y tenemos que ser conscientes de eso”.
Dacal es embajador y anterior corredor de este equipo. Participó en el Tour de Tailandia, Tour de Ucrania, Tour de Rwanda, entre otros. En total fueron 30 países los que recorrió en su bicicleta en diferentes carreteras, después de que a los siete años recibiera el diagnóstico de diabetes y en el trascurrir de su vida deportiva muchos “no” a causa de esta.
“A todos nos dijeron cuando pequeños que no podíamos ser ciclistas profesionales, ahora somos un equipo corriendo”, indica.
La diabetes tipo 1 (también llamada insulinodependiente, juvenil o de inicio en la infancia) se caracteriza, dice la Organización Mundial de la Salud, por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona.
Otro mensaje que llevan con cada pedalazo es que la gente cuando tiene diabetes “debe ser responsable con su salud, hacer deporte es básico para los que tienen o no”.
El equipo
Son 16 corredores profesionales de todos los continentes, más todo el staff y un equipo de desarrollo detrás. También cuentan con campamentos para cazar talentos en los que llevan a chicos y chicas una semana a Atlanta, Estados Unidos, donde aprenden a manejar su diabetes, ven sus capacidades deportivas y demás.
En 2006, Phil Southerland y Joe Eldridge reunieron a un grupo de ocho ciclistas con diabetes tipo 1 para enfrentarse a la agotadora Race Across America de 3.000 millas y concientizar a muchos sobre la diabetes. El team ganó y a partir de ahí fue creciendo el proyecto.
La falsa percepción de que la gente con diabetes es inferior, está enferma o no será capaz de vivir la vida satisfactoriamente es una gran barrera para quienes desean llegar lejos. “El principal problema es el estigma social infundado y nosotros tenemos la responsabilidad de informar sobre esta condición”, relata Dacal, que muy joven se decidió por la bicicleta.
Convencer a su familia no fue tarea fácil. Él, que ahora recorre el mundo uniendo la pasión del ciclismo y la de generar conciencia a través de diferentes charlas, dice que “al final la lucha merece la pena”. Lo que un día fue una familia con reservas y uno que otro miedo, es ahora un hogar convencido de que él puede llegar a su máximo nivel.
“Ha sido una oportunidad increíble porque este equipo me dio la posibilidad que nadie me quería dar y que yo me había ganado en carretera. Había demostrado mi potencial y nadie me quería dar el espacio. Me permitió conocer a mucha gente afectada por la diabetes y te da una percepción distinta del mundo”, cuenta.
Esas negativas que recibió al aspirar a varios equipos ciclísticos, dice, se basaban en el miedo y la ignorancia desde el punto de la falta de información. “Tenían miedo que me pudiera dar algo con el azúcar, un mareo o que no rindiera al mismo nivel de los demás. Eso no es cierto y lo demostramos”.
Existe la posibilidad que estos ciclistas tengan un bajón deportivo, como también sucede con los que no son diabéticos. “Es responsabilidad manejar bien la diabetes, tener un control óptimo y tenemos un equipo médico. Cada ciclista sabe lo que debe hacer”, finaliza.