La introducción de una dieta saludable que contemple una supervisión estricta del consumo de hidratos de carbono permite controlar la mayoría de casos de diabetes gestacional, afirma la endocrino de Hospital Parque Macarena Sánchez-Gallego.
En el resto de los casos, explica, es necesario además recurrir a la administración de insulina en dosis bajas y durante varias veces al día. Sánchez-Gallego señala que la diabetes gestacional se produce como consecuencia de la alteración del metabolismo de los azúcares en la sangre durante el embarazo, causada por diferentes cambios hormonales propios de la gestación, sobre todo durante el segundo y tercer trimestre.
Apunta que, aunque la incidencia se sitúa entre el 3% y el 8% de mujeres, se trata de una patología en alza como consecuencia de los hábitos poco saludables que predominan en la sociedad.
El sobrepeso y la edad, especialmente a partir de los 35 años, son los principales factores de riesgo que provocan esta enfermedad. A ello se le suma la presencia de esta patología o de preeclampsia (elevación de tensión arterial) en embarazos previos, la raza, los antecedentes familiares de diabetes y la existencia de ovarios poliquísticos. La endocrino de Hospital Parque matiza que un estilo de vida saludable, que contemple una alimentación sana, la práctica de 150 minutos de ejercicio a la semana y la eliminación del hábito tabáquico podría contribuir a reducir hasta un 80% la incidencia de la diabetes gestacional.
Cribado universal
Su detección va unida, en la mayoría de los casos, a la realización de un cribado universal entre las semana 24 y 28 del embarazo, aunque se puede adelantar a la primera visita de control de embarazo ante una mayor presencia de factores de riesgo. La prueba se centra en analizar los valores de glucosa antes y después de la administración de agua con azúcar. Si el cribado resulta positivo, se vuelve a realizar dicha prueba con una mayor concentración de azúcar para confirmar la existencia de la patología. Sánchez-Gallego subraya la importancia de detectar cuanto antes la diabetes gestacional para evitar futuras complicaciones tanto en la madre como en el niño. En el caso del niño, los efectos pueden ir desde las menos habituales, como la presencia de malformaciones cuando la diabetes se desarrolla durante las primeras semanas de gestación, hasta episodios de hipoglucemia una vez que nace o a un aumento de la probabilidad de presentar obesidad en la vida adulta.
En la madre, lo más frecuente es la complicación del parto por incremento del tamaño del bebé, por lo que muchas veces es necesario realizar una cesárea. Además, presenta mayor riesgo de presentar preeclampsia, que puede poner en peligro su vida. También se incrementa la probabilidad de parto pretérmino. La doctora Sánchez-Gallego insiste en que las mujeres que han padecido diabetes gestacional deben seguir controlando el nivel de glucosa tras el parto para evitar desarrollar diabetes en el futuro.