Los adolescentes con diabetes tipo 1 que regulan su sueño mejoran el control de su diabetes, mientras que aquellos que muestran una mayor variabilidad en la duración de su descanso entre los días laborables y los fines de semana son más propensos a una HbA1c superior y pasar menos tiempo en el rango objetivo de glucosa en sangre, según los resultados publicados en la revista Pediatric Diabetes.
“El sueño es un riesgo potencial o factor de protección para los resultados relacionados con la diabetes en adolescentes con diabetes tipo 1”, según Sarah S. Jaser, PhD, profesora asociada de pediatría del Centro Médico de la Universidad Vanderbilt en Nashville, Tennessee. “En particular, se encontró que una mayor variabilidad en la duración, o las diferencias entre la noche entre semana y la duración del sueño en fin de semana, se relacionan con un peor control de la glucemia y del autocuidado”.
El estudio analizó los datos de 65 adolescentes con diabetes tipo 1 y sus cuidadores, reclutados durante citas clínicas programadas. Los adolescentes y los cuidadores recibieron entrenamiento en el uso de un reloj que mide las horas de descanso. Los adolescentes utilizaron el reloj de forma continua durante 7 días, presionando un botón para determinar el tiempo en la cama. Los adolescentes también completaron un diario del sueño, registrando comportamientos diurnos relacionados con el descanso (uso de la cafeína, el nivel de actividad diaria, la electrónica en la habitación) y las características nocturnas del sueño, así como los factores específicos de la diabetes que pueden influir en el sueño.
Los investigadores también evaluaron los niveles de HbA1c recogidos como parte de las visitas regulares a la clínica de y el seguimiento promedio diario de la glucosa en sangre que se obtiene mediante la descarga de las lecturas del glucómetro para medir la adherencia.
Los investigadores identificaron una asociación entre una mayor variabilidad y el control de la glucosa en sangre, y entre la variabilidad del sueño y la HbA1c. Los investigadores también observaron una relación entre los niveles de variabilidad del sueño y de glucosa en sangre y el porcentaje de los niveles de glucosa dentro del rango objetivo.
“El sueño no se aborda a menudo en las visitas clínicas de la diabetes, y nuestros resultados apoyan que los profesionales sanitarios deben preguntar sobre la duración del descanso nocturno y el tiempo y hacer recomendaciones básicas para lograr un sueño reparador”, dijo Jaser.
Los investigadores añadieron que las asociaciones entre el sueño y el control glucémico son bidireccionales. Con un mal control de la glucemia aumenta la probabilidad de hipoglucemia nocturna y la hiperglucemia, que a su vez pueden perturbar el descanso nocturno.