Un reciente estudio de investigadores suecos sobre la diabetes podría cambiar la forma en que pensamos sobre esta enfermedad.
Este informe, realizado a largo plazo, muestra que las personas pueden predecir su riesgo de diabetes 20 años antes de que se desarrolle. Dichas advertencias pueden ayudar a las personas a prevenir la enfermedad por completo.
El estudio, publicado en la revista Diabetes, Obesity and Metabolism, analizó a 296.439 personas que no eran diabéticas y les hicieron un seguimiento durante dos décadas. Durante ese tiempo, 28.244 sujetos, o aproximadamente el 9.5 por ciento del total, recibieron un diagnóstico de diabetes tipo 2 (T2D).
Lo que fue especialmente interesante sobre el estudio fue que los datos revelaron el gran poder predictivo de ciertos biomarcadores.
Por ejemplo, los investigadores encontraron que los pacientes que estaban en sus 40 años cuyo índice de masa corporal (IMC) era normal, con niveles de triglicéridos en ayunas menor de 124 miligramos por decilitro y glucosa en ayunas menor de 81 mg/ dl, tenían pocas posibilidades de desarrollar T2D 20 años después (2.2 por ciento para los hombres y el 1.3 por ciento para las mujeres).
Sin embargo, para pacientes con un IMC mayor de 30 (en la categoría de obesos), con niveles de triglicéridos superiores a 124 mg/dl y/o glucosa en ayunas en el rango prediabético de 100 a 126 mg/dl, las probabilidades de desarrollar T2D fueron del 63.5 por ciento en los hombres y el 69.6 por ciento para las mujeres.
Los autores escriben que "los resultados del presente estudio indican que sutiles aumentos en los marcadores metabólicos están presentes (aunque los niveles todavía en el rango normal) más de dos décadas antes del diagnóstico del T2D".
Esta investigación ofrece implicaciones importantes debido a la cantidad de estadounidenses que se ven afectados por la diabetes y la prediabetes. Según el Informe Nacional de Estadísticas de Diabetes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), se estima que 30.3 millones de personas de todas las edades, o el 9.4 por ciento de la población estadounidense, tenían diabetes en 2015. Se estima que el 33.9 por ciento de los adultos estadounidenses, 84.1 millones de personas, tenían prediabetes.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad metabólica que ocurre cuando el cuerpo tiene dificultades para producir o usar una hormona llamada insulina. La insulina es esencial para el metabolismo normal porque regula cómo la glucosa, el azúcar que se encuentra en nuestra sangre y que es nuestra principal fuente de energía para el cuerpo, ingresa en nuestras células.
Cuando el cuerpo no puede producir o usar insulina correctamente, puede terminar con niveles de glucosa o azúcar en la sangre demasiado altos. El nivel de azúcar en la sangre y la T2D elevados pueden tener efectos significativos a largo plazo en la salud, como un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular e infección, trastornos de la visión, daño a los nervios, fatiga y falta de energía, entre otras cosas.
La prediabetes es un diagnóstico más vago en el que el nivel de azúcar en la sangre aumenta tanto en ayunas como después de las comidas, pero no tan alto como para provocar un diagnóstico de T2D. Se ha estimado que, si no se trata, alguien puede ser prediabético entre siete y 10 años antes de un diagnóstico formal de diabetes. Los resultados del estudio sueco parecen indicar que las personas pueden descubrir si están en riesgo y tomar medidas para evitar la enfermedad incluso antes. Entonces, ¿cómo deberías tomar eso?
El primer caso es conocer tus datos. Realiza un examen físico anual que incluya un análisis de sangre en ayunas y analiza tu nivel de azúcar en la sangre y los triglicéridos. Usa esto como un momento para evaluar, y puedes calcular tu IMC con una calculadora disponible en nhbli.nih.gov.
Luego, haz un seguimiento del resultado de tu prueba para observar las tendencias a lo largo de los años. Conocer tus datos y ver cómo cambian los valores es una parte clave para controlar tu salud. Si encuentras que tu índice de masa corporal, triglicéridos en ayunas y/o niveles de glucosa en sangre en ayunas son elevados, puedes tomar medidas.
Los pacientes generalmente se mueven a un extremo, ya sea saltando y siguiendo un plan dramático, pero insostenible, o no haciendo nada, porque están abrumados. Por eso, considera un cambio para mejorar los datos. Recuerda, el estudio es un pronóstico de 20 años vista, lo que significa que tienes tiempo para crear lentamente cambios en tu plan de alimentación que te permitan disfrutar de la vida sin niveles elevados de azúcar en la sangre en las próximas décadas.
Si ha aumentado el IMC, que es una relación entre el peso y la altura, bajar de peso es la única forma de reducir el número. Sin embargo, seguir un plan restrictivo raramente es sostenible. En cambio, implementa estrategias para comer menos calorías, pero siente que estás comiendo más:
Agrega vegetales a todos los platos. Incorpora el almuerzo y la cena con una ensalada rica en vegetales o vegetales asados o salteados.
Incorpora vegetales que te vayan bien en los tentempiés, como zanahorias, guisantes y apio.
Experimenta con vinagres, especias y hierbas, yogurt descremados, salsas y jugos de limón para agregar sabor a los alimentos sin grasa adicional.
Si tus triglicéridos están elevados, disminuye los azúcares agregados y las grasas saturadas.
Comienza a leer las etiquetas, especialmente la parte de los ingredientes. Elige productos que tengan menos o ningún azúcar añadido. Intenta obtener menos del 10 por ciento de tus calorías diarias de azúcares agregados. Los azúcares añadidos son ingredientes que incluyen azúcar de caña, miel, jugo, jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, agave y melaza.
Elige formas más magras de carne, leche descremada o bajas en grasas. Prioriza el aceite de oliva por encima de otras grasas que son sólidas a temperatura ambiente, como la mantequilla y la margarina.
Cuanto tu nivel de glucosa en sangre es elevado, aumenta la fibra. Dependiendo de tus valores en sangre, es posible que también desees reducir la ingesta total de carbohidratos.
Agrega almidones ricos en fibra como frijoles y granos enteros. Busca alimentos donde puedas ver la fibra, como la avena, el maíz o el arroz.
Elige frutas y verduras con la mayor frecuencia posible.
Sé consciente de los dulces y las golosinas. Cuando prestas atención, es más fácil comer menos o evitar de vez en cuando.
Con el tiempo, verás que te adaptas a un estilo de vida saludable, algo que podría respaldar tu salud dentro de 20 años.