Las infecciones por hongos son muy frecuentes y de mayor severidad en los diabéticos, apareciendo con frecuencia en los pies, afectando la planta de los pies, los espacios entre los dedos y las uñas.
Varios tipos de hongos pueden invadir la piel de los pies y al romperla facilitan infecciones a los componentes profundos incluyendo a los huesos.
Por tanto, es muy importante que eliminemos esas infecciones por hongos, existen varias formas de limitar su extensión, una de las más eficaces consiste en diluir seis cucharadas de vinagre blanco en un litro de agua y usar esa solución para sumergir los pies durante un período cercano a los 20 minutos cada día.
Es preferible hacer esto antes de irse a dormir. Como quiera que los hongos también vivan en los zapatos, estos deben también limpiarse adecuadamente.
En el caso de las zapatillas o zapatos deportivos, el detergente y la lavadora serán suficientes para eliminarles los hongos. Los zapatos de cuero o de vestir deberán ser limpiados una vez por semana con una toalla empapada en agua oxigenada y puestos durante unas horas al sol.
Las infecciones por hongos constituían una de las causas más frecuentes de ausentismo laboral y también de la salida de servicio de los soldados durante los tiempos de la primera y segunda guerras mundiales, en muchos momentos existían más soldados que no podían combatir por las infecciones que tenían en los pies que los que eran heridos de bala.
De manera que no te extrañe qué un medicamento que pudiera aliviar las dolencias de los soldados revestía una importancia militar especial.
Así fue como sé estímulo la investigación que llevó al descubrimiento del ácido undecilénico en los años 1940. Este medicamento tópico en forma de talco, spray o líquido tópico se mantuvo en secreto para uso exclusivo de las fuerzas armadas de los aliados en la segunda Guerra Mundial y obtuvo una categoría similar a la de la penicilina, como un valioso recurso médico militar.
Sigue siendo muy útil y se puede encontrar en las farmacias con diversos nombres comerciales. Varias décadas después apareció el tolnaftato y en los años 80 empezaron a desfilar los miembros de la familia de los imidazoles que pueden ser administrados oralmente u otros por vías endovenosas.
Su eficiencia es muy grande y puede decirse que pueden erradicar más del 80% de las infecciones, desafortunadamente no son baratos, pero hemos quedado muy lejos de los remedios para el pie de atleta que usaron los griegos clásicos, basados en mercurio y arsénico que se distinguían no tanto por curar la infección sino por envenenar al paciente.
Lo más importante es que recuerdes que a pesar de ser una infección muy común, reviste un grado de peligro importante si eres diabético y por tanto debes mencionarlo a tu doctor para recibir el tratamiento adecuado.
Dr. Edgardo Gaitán
gaitaned@hotmail.com
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*El autor es médico