Tres ensayos clínicos de fase III han demostrado la eficacia de Glyxambi como tratamiento para controlar la glucemia en los pacientes con diabetes tipo 2. Concretamente, está destinada a aquellos pacientes crónicos, mayores de 18 años, en los que la metformina y/o una sulfonilurea no han logrado un control glucémico adecuado, o cuando ya estén siendo tratados con la combinación por separado de empagliflozina y linagliptina.

La gran ventaja de este nuevo fármaco, que nace de la Alianza en Diabetes de Boehringer Ingelheim y Eli Lilly and Company es que combina en un solo comprimido empagliflozina y linagliptina, la familia de fármacos para el tratamiento de la diabetes tipo 2, facilitando así el tratamiento a los pacientes y mejorando su adherencia.

Como aporta Francisco José Tinahones, jefe del servicio del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga “el mal control de la diabetes tipo 2 se asocia a enfermedad microvascular, siendo la diabetes mal controlada una de las causas más importante de ceguera y de insuficiencia renal, y a un incremento en la enfermedad macrovascular, que se manifiesta como Ictus e infartos de miocardio, que son una de las principales causas de muerte en los países desarrollados”. Es por ello que este tipo de fármacos son de especial relevancia.

Asimismo, el experto aporta que Glyxambi supone otro avance, y es que “convierte en excepcionales las hipoglucemias, un efecto muy indeseable en los tratamientos clásicos: sulfonilureas e insulina”.

Un buen perfil de seguridad

Más allá de la eficacia, en cuanto al perfil de seguridad de este fármaco, el experto agregaba que estos fármacos por separado, “son fármacos muy seguros, en los que los efectos secundarios son muy escasos”. En este sentido, “empagliflozina y linagliptina juntas han demostrado con claridad ser más eficaces en reducir la glucemia que administradas por separado y además tomadas en un único comprimido no incrementan los efectos secundarios descritos para cada uno de ellas individualmente”.

Dando más detalles Francisco José Tinahones recuerda que “linagliptina tiene un perfil de seguridad muy amplio, con pocos efectos indeseables importantes, y además hay posibilidad de utilizarlo en pacientes con DM2 con insuficiencia renal; mientras que empagliflozina ha demostrado una reducción de mortalidad cardiovascular y de hospitalización por insuficiencia cardiaca en pacientes con DM2 con enfermedad cardiovascular establecida”, además empagliflozina “ha mostrado en pacientes con DM2 retrasar la progresión de la insuficiencia renal a estadios más avanzados”.