El estudio, que se dirigía a aportar nuevas evidencias sobre la incidencia de cáncer y mortalidad analizando 457.473 personas con DM2 y mas de dos millones de controles emparejados, refleja en sus principales conclusiones que los pacientes de DM2 tienen un riesgo aumentado de cáncer en cualquier localización y en algunos tipos de tumores así como inferior supervivencia post cáncer que los controles estudiados.
Según la investigadora Hulda Hrund Bjornsdottir hay que sumar que los cambios observados a lo largo del tiempo en la incidencia de cáncer fueron prácticamente los mismos que en los pacientes control, a excepción de los localizados en páncreas, útero y pulmón.
De la población estudiada un total de 227.505 personas desarrollaron cáncer durante un periodo de seguimiento de 7 años, asociándose la diabetes con 11 de los 12 tipos de cáncer que se analizaron.
Se vio una relación clara con cáncer de hígado (231 por ciento mas que en no diabéticos), páncreas (119 por ciento), útero (78 por ciento), pene (56 por ciento), riñón (45 por ciento), vesícula y conductos biliares (32 por ciento), estómago (21 por ciento), y vejiga (20 por ciento).
Por otro lado se halló evidencia de que los diabéticos tenían un 18 por ciento menos de riesgo de cáncer de páncreas que los controles sin diabetes. Ello no quita que se haya observado que cánceres de páncreas y pulmón van en aumento en los individuos con DM2, aunque en otros tipos de tumores la incidencia es similar a la de los no diabéticos. En cuanto a mortalidad fue más alta en diabéticos con cáncer de próstata (29 por ciento), mama (25 por ciento) y colon (9 por ciento).
“Estos resultados no quieren decir que cada diabético vaya a desarrollar un cáncer en edad avanzada, ya que aunque el riesgo relativo de cáncer esté aumentado después de la diabetes, el incremento de riesgo absoluto es muy bajo”, advierte Bjornsdottir, recalcando que tanto diabetes como cáncer comparten “hasta 14 factores de riesgo que se han recogido de la rutina clínica pero que contribuyen muy poco a la predicción del cáncer”.
Sin embargo recuerda que entre los principales factores de prevención del riesgo compartidos entre ambas enfermedades estarían una dieta saludable y ejercicio físico para evitar el sobrepeso.
Finalmente la investigadora ha señalado que estos datos tienen suficiente fuerza como para sugerir un cambio epidemiológico de la mortalidad cardiovascular a la mortalidad por cáncer.