Ante el aumento de los casos de obesidad y enfermedades metabólicas ha surgido un “bombardeo” de dietas que no poseen las características mínimas de alimentación balanceada ni promueven hábitos sanos
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud de Medio Camino 2016, realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública, la incidencia de la obesidad en la población mexicana sigue en aumento, en tanto el número de personas con diabetes supera los 9 millones. Al mismo tiempo, hay un creciente bombardeo de numerosas dietas que prometen reducir el peso corporal y hasta controlar los niveles de glucosa en sangre en poco tiempo.
“En distintos medios de comunicación, principalmente en internet, se promueven falsas promesas, como perder hasta seis kilos a la semana, reducir cuatro tallas al mes y controlar la diabetes mediante distintos planes de alimentación que no están avalados por especialistas médicos”, refiere el doctor Armando Dávalos Ibáñez, endocrinólogo y ex presidente de la Asociación Mexicana para el Estudio de la Obesidad.
Debido a que la obesidad es un factor de riesgo para desarrollar diabetes y a que un porcentaje importante de las personas que ya padecen la enfermedad tienen sobrepeso y se les indica que deben bajar esos kilos de más caen en las redes de esas dietas “milagro”.
En este contexto, el especialista advierte que esos planes no poseen las características mínimas de una alimentación balanceada y tampoco promueven la actividad física ni hábitos sanos. “Lejos de beneficiar, perjudican la salud de la gente desesperada por deshacerse de la obesidad, ya que son desequilibradas y restrictivas, lo que genera efectos negativos en el organismo y esto se agrava en las personas con diabetes porque pueden sufrir alteraciones metabólicas que les impidan mantener bajo control sus niveles de glucosa”.
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De hecho, seguir un plan de alimentación de ese tipo con el tiempo genera el efecto contrario, pues al inicio se pierde peso, pero luego se recupera y hasta se ganan más kilos, lo que incrementa la resistencia a la insulina y desequilibra los niveles de glucosa en sangre.
“Al someterse a regímenes tan restrictivos no sólo se pierde grasa, sino masa muscular y agua, lo que reduce la capacidad del organismo de consumir calorías. De hecho, está comprobado que los músculos bien desarrollados queman más calorías y, tras seguir una dieta muy rigurosa, reducen su tamaño y se dificulta el consumo calórico”, explica el doctor Dávalos Ibáñez.
Además, al abandonar la dieta, las personas vuelven a comer como lo hacían antes y hasta en mayor cantidad debido a las prohibiciones que sufrieron. El organismo no sabe distinguir entre régimen dietético de reducción y estado de carencia nutricional, por lo que ahora tenderá a acumular mayor cantidad de reservas grasas para atender las situaciones de emergencia.
“Si dichas dietas realmente funcionaran veríamos menos gente obesa caminando por la calle y más personas con su diabetes bajo control. Ninguno de los regímenes alimenticios ‘milagrosos’ que se difunden por los diferentes medios de comunicación es efectivo. Por ello, es fundamental tomar en cuenta que la única manera de bajar de peso y con resultados duraderos es aprendiendo a comer en forma sana, lo cual se puede lograr siempre con la asesoría de un especialista médico”, acota el doctor Dávalos Ibáñez.