La práctica de ejercicio físico, de forma regular, junto con una alimentación saludable, son dos de los principales pilares del tratamiento de la diabetes, que en muchas ocasiones se acompaña de fármacos orales e insulina.
Así lo ha querido recordar la Federación Española de Diabetes (FEDE),que de cara al verano, ha recomendado a las personas con diabetes continuar su rutina de actividad física .
No se trata solo de un consejo rutinario, sino que está basado en diferente evidencia científica. Diversos estudios apuntan a que la práctica de ejercicio físico, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), podría reducir hasta en un 26 por ciento el riesgo de padecer diabetes tipo 2, por lo que es también una actividad beneficiosa para prevenir la patología.
En este sentido, la OMS recomienda dedicar un mínimo de 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada; o bien, en caso de que la intensidad sea superior, el tiempo mínimo semanal recomendado es de 75 minutos.
Ejercicio físico en época de calor
Para que el calor no sea un problema para continuar con este hábito de vida saludable, desde FEDE aportan también algunos consejos a tener en cuenta. Entre ellos destacan algunos como cuidar la hidratación, bebiendo 350 ml – 500 ml de agua en las horas previas al ejercicio y comprobar que el color de la orina sea pálido. Durante la actividad, debe mantenerse el equilibrio hídrico, bebiendo 500 ml cada 30 – 60 minutos de ejercicio; que se complementarán tras el mismo.
No olvidan la implicación de la alimentación, y es que el ejercicio impulsa la absorción de glucosa por parte de los músculos y la sensibilidad a la insulina tras el mismo. Por esa razón, es necesario controlar los niveles de glucosa en sangre antes y después del ejercicio; y ajustar la ingesta de hidratos de carbono a la intensidad del esfuerzo y las necesidades nutricionales de cada persona, para evitar picos de azúcar.
Igualmente, en cuanto a la propia insulina en función de la intensidad del ejercicio, es posible que sea necesario realizar alguna modificación en las dosis de insulina, que se deben concretar con el equipo médico de referencia. Además, en la rotación de las zonas de inyección, es apropiado evitar las zonas que se vayan a ejercitar, por ejemplo, las piernas, en caso de que el ejercicio a realizar suponga el movimiento intenso de estas extremidades, puesto que puede afectar a la absorción de la insulina.
Por último, recomiendan practicar ejercicio al aire libre, aprovechando las buenas temperaturas, siempre y cuando se eviten las horas del día de mayor calor y proteger la piel durante la exposición directa al sol, usando cremas solares.