Tate King, un niño de seis años, salvó la vida de su madre Jenna, enferma de diabetes, que se derrumbó sobre la mesa después del desayuno.
Al ver la situación en la que se encontraba su madre, decidió no quedarse quieto y llamó a emergencias para que pudiesen ayudar a Jenna.
Tate mantuvo la calma en todo momento y cuidó de su hermano de un año hasta que llegaron los paramédicos a su casa.
Además de la medalla de valentía que ha recibido en su colegio, también le han otorgado el premio Pride en Gran Bretaña con el que se reconocen sus acciones heroicas.
Cuando la madre se derrumbó, el niño también mandó un mensaje a su padre Nick para avisarle de que su madre tenía el nivel de azúcar bajo.
En el momento que llegó la ayuda, los paramédicos le dieron a Jenna un goteo de glucosa y la trasladaron al hospital, según informa Mirror.
"Mandó un mensaje de texto a su padre en el que ponía "mamá está baja", a lo que Nick contestó que debía darme Lucozade. Pero Tate no podía abrir el bote porque no tenía fuerza, por lo que decidió llamar al 999 y hablar con los médicos", dijo Jenna.
"Les dijo lo que estaba pasando, todo el tiempo estuvo cuidando de su hermano y se quedó en el teléfono hasta que llegaron. Si no fuera porque Tate llamó a emergencias podría haber caído en un coma diabético y morir", añadió.
"Hemos estado educando a Tate para que supiese lo que debía hacer en caso de que yo estuviera baja en azúcar. Además, él tiene un cartel en la puerta de su cuarto de juegos que pone '999' con una foto de una mujer dormida que hicimos cuando era pequeño", explica la madre.