Científicos del Samsung Medical Center de Seúl (Corea del Sur) han descubierto que las personas con diabetes tipo 2 que mantienen un buen control glucémico permite reducir el riesgo de infarto e ictus en quienes tienen implantado un 'stent' coronario.
"Aunque el control intensivo de la glucosa no tiene ningún beneficio en la tasa de eventos cardiovasculares, estos datos sugieren que sí puede suponer una mejora después de someterse a un cateterismo cardiaco", ha explicado Joo-Yong Hahn, autor de este estudio que publica la revista 'Circulation: Cardiovascular Interventions'.
La enfermedad coronaria es la principal causa de muerte en personas con diabetes tipo 2 y, aunque se sabe que el control glucémico estricto es clave para el deterioro de los pequeños vasos sanguíneos que están implicados en la diabetes, no está claro si sucede lo mismo con las principales arterias que llevan la sangre al corazón.
Para comprobarlo, Hahn y su equipo han analizado los datos de 980 pacientes con diabetes tipo 2 que se habían sometido a una angioplastia coronaria para limpiar la arteria y colocar un 'stent'. Todos ellos se sometieron a un seguimiento de siete años, en los que midieron sus niveles de azúcar en sangre mediante la hemoglobina A1c (HbA1c or A1C), y tuvieron en cuenta su riesgo de muerte, infarto, ictus o una nueva cateterización.
Los investigadores definieron un buen control glucémico como una puntuación de A1c por debajo de 7 y un control deficiente como una A1C superior a 7. A continuación, emparejaron a los pacientes de acuerdo con otros factores de riesgo.
Entre los 980 pacientes, el riesgo de obtener resultados negativos fue un 25 por ciento menor en quienes mantuvieron un buen control de la glucosa en sangre. Y entre las parejas de pacientes, vieron que alrededor del 37 por ciento de quienes tenían un bajo control glucémico tenían un peor pronóstico durante los siete años de seguimiento, con mayores tasas de infarto o ictus.
"Los efectos del control de la glucosa en la diabetes tipo 2 pueden diferir de acuerdo a las características del paciente, como si han sufrido un evento cardiovascular previo", ha aclarado Hahn, que no obstante cree que se necesitan más trabajos para confirmar si un control estricto de la glucosa en sangre tras recibir un 'stent' puede mejorar el pronóstico de estos pacientes.