Durante años, por ser un tema tabú, los médicos han retrasado el uso de insulina en personas con diabetes, pero esta sustancia puede y debe administrarse en las primeras etapas del tratamiento, cuando el paciente tiene niveles altos de hemoglobina glucosilada que no logra controlar con medicamentos orales.
Se ha comprobado que el uso de insulina en las primeras etapas de la diabetes, lejos de ser perjudicial, salva órganos y ayuda a la mejoría de la persona.
Así lo expresó el doctor Miguel Ángel Arreola Pereyra, quien ofreció dos conferencias en la jornada final, ayer, de la tercera Reunión de Expertos Administrativos en Diabetes, que comenzó el viernes. El especialista abordó también la atención de la diabetes en México y las opciones de terapia.
Recordó que en el país se retrasa lo más que se puede el uso de insulinas, porque aún es un tema tabú entre los pacientes, que piensan que su administración les causará daños; pero no debería serlo entre médicos.
El 72.4 por ciento de los pacientes son tratados con medicamentos orales y sólo 6%, con insulina.
Personalizado
El tratamiento debe ser personalizado y, antes de prescribirse un fármaco, se debe tomar en cuenta la patofisiología, potencia, reacciones, beneficios y practicidad del medicamento.
Antes de que la enfermedad se presente hay un período en el que es detectable el riesgo de sufrirla y existe un “punto de retorno”: se puede prevenir su aparición mediante cambios en la dieta y la práctica de ejercicio.
Pero cuando los niveles de glucosa en sangre ya son muy elevados no hay nada que se pueda hacer más que seguir una terapia farmacológica.
La reunión fue una iniciativa de los laboratorios Novo Nordisk México.