Social Diabetes ajusta la hormona al usuario cruzando datos médicos con los obtenidos a través del Internet de las Cosas.
Las nuevas tecnologías se están aliando para controlar la diabetes y personalizar su tratamiento. Es el camino más seguro para hacer frente a la que muchos llaman la epidemia del siglo XXI y a cuya lucha se deriva actualmente el 12% de gasto sanitario mundial. La empresa Social Diabetes dispone de una plataforma digital diseñada para el control a través del móvil de esta enfermedad y la autogestión de la medicación, que recurre al Internet de las Cosas y al análisis de datos.
La aplicación se apoya en una base de datos en la nube con información nutricional de 11.000 alimentos que consulta cuando el paciente introduce la comida que ha tomado. Esta información se combina con la que la app recibe del glucómetro de la persona con diabetes y de los otros dispositivos a los que en cada caso concreto se esté conectado (puede ser desde las pulseras Fitbit al motor de Inteligencia Artificial de Amazon, Alexa, o al sensor de Abott, por citar los principales). También se agrega el historial individual de datos.
Todo ello se termina traduciendo en una recomendación de insulina ajustada a la realidad del paciente. Los datos, que se trasladan a la aplicación a través de Bluetooth o NFC, se integran gracias a algoritmos informáticos que se nutren de fuentes médicas. Entre los planes inmediatos de la empresa está empezar a usar machine learning en el plazo de un año, según apunta su CEO, María Salido. La aplicación de la empresa catalana cuenta actualmente con entre 130.000 y 140.000 descargas en todo el mundo, en más de 20 países y en 11 idiomas.
Social Diabetes es una de las empresas que ha sido destacada este año con financiación del programa de la Comisión Europea de innovación Horizonte 2020. El programa valora la excelencia técnica y el producto que se presenta, el impacto socioeconómico de la iniciativa (la diabetes mal controlada puede derivar en serias complicaciones de salud que suponen un fuerte desembolso de la sanidad pública) y la potencia del plan de negocio de los candidatos.
El resultado en el caso de Social Diabetes es una financiación de 1,6 millones de euros que la empresa deberá invertir en los próximos dos años. Un espaldarazo y también una responsabilidad para esta empresa que, a pesar de su juventud (nació en 2012), cuenta sus años por logros. Salido defiende su voluntad de profundizar en su apuesta por la innovación constante, su necesidad de invertir también en certificaciones y garantías clínicas y su vocación de poner en marcha su plan de negocio.
La aplicación lanzada por Social Diabetes está en crecimiento. Desde hace dos años la empresa colabora con los sistemas de salud públicos de Inglaterra y de Escocia. También está trabajando junto al Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona en la aplicación de su plataforma para el control de la diabetes infantil y juvenil.
Otro de los proyectos a más corto plazo de la empresa es la creación de una red social específica para personas con diabetes. La idea de esta iniciativa es que los pacientes encuentren en estos foros contenidos de valor. También está prevista la participación de profesionales de la salud. La iniciativa se concretará en un plazo aproximado de tres o cuatro meses y cuenta ya con el apoyo del sistema de salud público escocés, que se ha involucrado en ella con una pequeña subvención y promoviendo una prueba en el país. «Es fundamental el control correcto de la diabetes porque deriva en un gasto al sistema de salud que se puede evitar», remarca Salido.