La diabetes gestacional puede afectar la salud a largo plazo tanto de la madre como del bebé, hasta el punto de que los hijos de madres con diabetes gestacional tienen hasta ocho veces más probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 u obesidad en la adolescencia o en la edad adulta.
Así se ha puesto de manifiesto durante el 9º Simposio de Diabetes en el Embarazo que acaba de celebrarse en Barcelona, en el transcurso del cual el doctor Alan Moses ha afirmado que “aunque la diabetes gestacional no es tan severa como la diabetes tipo 1, tiene un gran impacto en el desarrollo del bebé, los riesgos asociados con el parto y eleva el riesgo de tener diabetes años más tarde, también para la madre”.
Aproximadamente el 50 % de las mujeres con diabetes gestacional desarrolla diabetes tipo 2 antes de los cinco años posteriores al embarazo, por lo que so especialmente importantes las pruebas para detectar la diabetes durante el embarazo o controlarla si la madre ya es diabética, ya que ofrecen la posibilidad de reducir la morbilidad y la mortalidad prevenibles de las madres y frenar la diabetes tipo 2.
En los últimos años se ha producido un notable aumento en el número de mujeres que desarrolla diabetes durante el embarazo, “soliendo aparecer en el último trimestre de la gestación”, indica el experto.
En algunos países, el riesgo de desarrollar diabetes gestacional oscila ya entre un 20-30 %, lo cual está asociado a la mayor prevalencia de obesidad.
Antes de 1922, cuando se usó por primera vez la insulina, las mujeres en edad fértil con diabetes tipo 1 no podían concebir o morían durante el embarazo. Sin embargo, “en los últimos 30 años se ha hecho un gran esfuerzo para evitar la mortalidad y las nuevas insulinas basales, como insulina detemir, proporcionan un excelente control de la glucosa con menor riesgo de reacciones hipoglucémicas. Un trabajo que ha permitido que haya menos riesgo de mortalidad perinatal, malformaciones congénitas y otros efectos adversos en la madre”, señala el Dr. Moses.
“Tanto es así, que debido a la eficacia de los tratamientos cada vez más mujeres con diabetes tipo 1 están dispuestas a asumir los riesgos del embarazo”, ha añadido.
Gracias a estos avances terapéuticos, iniciar o intensificar el tratamiento de la diabetes en el embarazo reduce notablemente las complicaciones en la madre y el recién nacido. Pero como aclara el doctor, “esto no sólo implica la elección de los medicamentos adecuados, sino también asegurar que la mujer es educada en relación con el autocuidado (tomar la medicación, controlar la glucosa en la sangre, ajustar la dieta y el ejercicio, mantener un seguimiento médico). De esta manera, con un buen cuidado y un continuo seguimiento, las mujeres tendrán un embarazo satisfactorio”.
Uno de los principales retos del profesional sanitario a la hora de atender a mujeres embarazadas con diabetes es evitar las hiperglucemias y las hipoglucemias. “Manejar con éxito la diabetes en esta etapa de la vida de la mujer implica tener en la sangre un nivel promedio de glucosa menor que las demás personas diabéticas. Y esto aumenta el riesgo de hipoglucemia”, ha señalado Alan Moses. Si ésta es grave puede causar un importante daño permanente tanto en la madre como en el bebé.
El cambio en el estilo de vida, con una alimentación saludable y ejercicio, y medicación si fuera necesario, son suficientes para alcanzar los niveles de control de glucosa en sangre casi normales.