A sus 14 años, Óscar López Moreno es campeón de España de taekwondo en categoría cadete. El joven valenciano está acostumbrado a ganar combates puesto que, cada día, le gana uno a la diabetes, la enfermedad que le diagnosticaron en 2015. «Sugarman», como le llaman sus padres, es un luchador nato.
Hace un año y medio Óscar López Moreno se convirtió en «Sugarman» (el hombre azucarado), un superhéroe capaz de derrotar cada día a la diabetes, subirse al tatami para practicar el taekwondo y perseguir un sueño. Y es que, a sus 14 años, Óscar es un luchador nato. En todos los sentidos.
Este joven valenciano acaba de proclamarse campeón de España de taekwondo en la categoría cadete. Lo ha hecho por segunda vez consecutiva y en el próximo mes de septiembre viajará a Budapest para competir en el Europeo. «Sugarman», como le llaman sus padres, quiere volver de allí con una medalla.
«Hace unos seis años me apunté con un amigo a unas clases de taekwondo que ofrecía el ayuntamiento, por hacer algo de deporte, pero poco a poco fui viendo que ganaba cosas y que tenía posibilidades», explica Óscar, que vive en Paiporta pero cada semana dedica entre tres y cuatro tardes a entrenar en el gimnasio del Club Deportivo Olimpo, en Sedaví. Allí se prepara para seguir plantando batalla.
«Tener diabetes es un reto. La gente no está acostumbrada a ver deportistas con diabetes. Te esfuerzas el doble, siempre, para todo. Pero con la diabetes se vive, no se vive para ella. Es una cosa que llevas y que tienes que controlar. A mí me sube el azúcar por los nervios, por la situación... Igual estoy en clase y me noto un bajón de azúcar, me toca salir y tomarme el sobre de glucosa», señala con una madurez poco habitual a su edad.
«El taekwondo me da más seguridad, me siento a gusto porque gracias a mis entrenadores tengo mucha confianza a la hora de competir y de entrenar», añade «Sugarman», arropado siempre por sus padres. «Me ayudan mucho, nos son muy fans del taekwondo, pero siempre están conmigo», apunta.
En el último campeonato de España, celebrado en La Nucia, Óscar sufrió una subida de azúcar en el combate final y alcanzó los 400 de azúcar. «Me dio un mareo y tuve que estar en el suelo, relajándome hasta que al rato pude seguir compitiendo. No quería abandonar. Al final gané», relata.
Fuera del tatami, Óscar cumple con notas brillantes en el instituto. «Me gustaría estudiar Derecho o Filología inglesa, irme fuera, viajar mucho. ¿Los Juegos Olímpicos? Hay que entrenar mucho, pero se puede». Para «Sugarman» la diabetes no será ningún obstáculo. Ese combate lo ha ganado.