El riesgo de fractura osteoporótica se incrementa con algunas de las enfermedades asociadas de esta patología, como en el caso de las dos enfermedades endocrinas más prevalentes: la diabetes y las enfermedades tiroideas. De esta manera, el riesgo de esta fractura de cadera en pacientes con diabetes tipo 2 aumenta entre un 20 y un 40 % al compararlo con la población no diabética.
José Luis Pérez Castrillón, coordinador del Grupo de Osteoporosis de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), ha explicado en este sentido que “en la diabetes se produce un descenso de la calidad y cantidad del hueso provocando un incremento del riesgo de caídas, mientras que en el hipertiroidismo se observa un aumento del remodelado de los huesos que ocasiona deterioros de la microarquitectura ósea. Algo similar sucede con la b que es provocada por una alteración del remodelado óseo produciendo un desequilibrio y el predominio de la destrucción del hueso”.
Cuenta el portal Redacción Médica que la fractura de cadera es la complicación más grave asociada a la osteoporosis, suponiendo una incidencia de cuatro casos por cada 1.000 habitantes, lo que eleva a alrededor de 170.000 el número de fracturas de este típico entre los pacientes osteoporóticos en España, según fuentes de la SEMI.
Pérez Castrillón ha explicado que “la fractura de cadera es patológica, es decir, el traumatismo se produce porque el paciente en cuestión padece osteoporosis. En ello intervienen dos factores, la caída y una menor cantidad y calidad del hueso, por lo que es necesario intervenir sobre ambas cuestiones, desarrollar las medidas para evitar la aparición de fracturas y añadir soluciones terapéuticas para incrementar la masa ósea”.
La población afectada tiene una edad avanzada, normalmente por encima de los 80 años, y suelen padecer otras enfermedades asociadas, lo que hace que la mortalidad en el primer año tras sufrir una fractura de cadera sea del 30 %, “mientras que entre aquellos pacientes que no fallecen solo un 20 por ciento vuelven a su situación previa a la fractura y un importante porcentaje tienen que ser institucionalizados para su cuidado”.
Estos datos han surgido durante la XIV Reunión de Osteoporosis que la SEMI ha celebrado recientemente en Madrid, a la que han asistido cerca de un centenar de especialistas, y durante la cual los expertos han tratado las principales novedades en torno a la osteoporosis, así como su relación con otras enfermedades de relevancia en la práctica clínica del internista o la importancia del diagnóstico.
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta el paciente osteoporótico es el cumplimiento terapéutico, ya que alrededor de la mitad abandona el tratamiento antes de terminar el primer año. “Esto viene determinado por la ausencia de un procedimiento de uso fácil para valorar su efecto y por los efectos adversos graves que, aunque son poco frecuentes, pueden suceder. A pesar de ello, la relación riesgo-beneficio sigue siendo muy favorable a los tratamientos”, ha considerado Pérez Castrillón.
Además, en la reunión se han puesto en común las principales iniciativas sobre la materia, entre las cuales destaca la explotación de los datos recogidos en el estudio Osteomed, un registro de pacientes de osteoporosis tratados por internistas que ha permitido obtener información sobre los aspectos clínicos, diagnósticos y terapéuticos de alrededor de 2.000 pacientes con osteoporosis; además de valorar la relación de esta enfermedad con otras patologías entre las que destaca la diabetes.