De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, del total de la población adulta en México, 6.4 millones de personas reportó tener un diagnóstico de diabetes por un médico, cifra que por sexo se divide en 2.84 millones de hombres y 3.56 millones de mujeres.
Al respecto, el doctor Rubén Román Ramos, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (UAM-I), señala que la población femenina registra mayor índice de sobrepeso y obesidad lo cual es uno de principales detonantes que conducen a la diabetes mellitus tipo II.
Asimismo, destacó al aspecto psicológico es un factor predominante, ya que las mujeres están expuestas a mayores niveles de estrés, tensión, ansiedad y depresión que aumentan la secreción de hormonas como adrenalina, noradrenalina y cortisol, las cuales incrementan la concentración de glucosa (azúcar) en sangre.
Durante el embrazo, explicó el académico de división de ciencias biológicas y de la salud de la UAM-I, las hormonas causan resistencia a la insulina y generan lo que se conoce como diabetes gestacional, un padecimiento que a menudo desaparece con el nacimiento del bebé, pero quienes llegan a padecerla tienen de 30 a 70 por ciento de presentar después diabetes tipo II.
De acuerdo a información del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) “Isidro Espinosa de los Reyes”, una de cada diez mexicanas gestantes desarrollará este padecimiento. El riesgo se eleva hasta un 45 por ciento si la futura madre tiene obesidad, más de 35 años de edad y/o antecedentes familiares de la enfermedad.
Asimismo, el doctor Román Ramos advirtió que las mujeres presentan más probabilidades de padecer diabetes mellitus por situaciones de desventaja social, caracterizada por pocas oportunidades de desarrollo en los ámbitos social, económico y cultural.
“Aunque la mujer ha ganado terreno en diversos aspectos, las diferencias de género han prevalecido ante la menor participación en el trabajo, bajos salarios o dependencia económica, lo que también involucra la presencia de diabetes mellitus debido a la neurosis de ansiedad causada por dicha desigualdad”, aseguró el experto.
¿La menopausia puede afectar?
El aumento de peso es uno de los efectos más notables en la mujer menopáusica, así como el cambio en la distribución de la grasa, que si en etapas anteriores de la vida se almacenaba en las caderas ahora se acumula más fácilmente en cintura y abdomen, favorece mayor resistencia a la insulina.
Así lo explica la doctora Graciela Alexanderson Rosas, miembro de la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD), quien añade que alrededor de los 40 años de edad las mujeres atraviesan por un lapso en el que concluyen su vida reproductiva, que generalmente se caracteriza por que los ovarios dejan de producir las hormonas estrógenos y progesterona.
Al existir menos progesterona en el organismo aumenta la sensibilidad hacia la insulina, lo que facilita a las células del organismo captar la glucosa que produce el cuerpo. Por el contrario, al disminuir los estrógenos crece la resistencia a la insulina, lo que impide a las células nutrirse y eleva los índices de azúcar en sangre.
Por lo expuesto, factores sociales, económicos, físicos y genéticos elevan las posibilidades de que la mujer desarrolle diabetes a lo largo de su vida, ante lo cual solo queda acotar las medidas preventivas al alcance de la mano, principalmente cuidar no subir de peso.