Gracias al Club Rotario y a cada uno de los especialistas que durante nueve sesiones nos fueron guiando para “aprender a vivir con diabetes”, curso que atinadamente organizó este club altruista, que fue abierto al público sin costo alguno y, que desde mi punto de vista, desafortunadamente sólo unos cuantos tomamos interés en asistir.

Y digo desafortunadamente porque es un tema muy valioso para entender mejor esta afección que padecen miles, millones de personas en el mundo y, sobre todo, en México, y no se diga en Yucatán, que actualmente es una carga pesada para los servicios médicos públicos como el IMSS e Issste.

Durante cada una de estas sesiones que se impartieron cada sábado, desde el 7 de enero y que concluyó ayer, especialistas en nutrición, psicología, oftalmología, odontología, medicina interna, medicina del deporte, endocrinología y nefrología compartieron valiosos conocimientos sobre la diabetes.

Quienes ya teníamos nociones del tema los ampliamos y quienes no pues ya deben tener una mejor visión de lo que es esta afección.

Como se dio a conocer a los asistentes, el objetivo del curso es que se puede vivir con calidad de vida, siempre y cuando quien padece la enfermedad tenga la voluntad de llevar a cabo lo aprendido, que no es más que llevar una alimentación sana y seguir al pie de la letra la medicación de los especialistas.

Se lee fácil, pero para muchos es difícil, por eso hay que empezar por ser sinceros y analizar a conciencia cómo nos queremos ver en unos cuantos años: ¿con ceguera, con la amputación de algún miembro inferior o ambos, con inicio temprano de diálisis o siendo una carga para nuestros familiares?

Tenemos que ser sensatos y decir: me quiero, y me quiero ver y vivir bien en los años venideros.

Por eso hay que actuar, pasar de la intención a la acción y no dejarlo sólo en buenos propósitos; porque ya sabemos a dónde nos puede llevar un mal control de la enfermedad. Ya que una cosa es decir sí me quiero y otra demostrarlo.

Muchas veces sólo nos cuidamos cuando está próxima la fecha de los análisis, y una vez realizados y que los resultados muestran que estamos más o menos bien, seguimos con el mal manejo en el consumo de alimentos que perjudican a nuestro organismo. Pero eso no es engañar al médico sino a nosotros mismos y, lo que es peor, lo sabemos.

Y para qué esperar la justificación de una lamentación futura cuando desde ahora se tiene la llave para una mejor calidad de vida.

Ojalá y que en los cursos futuros sean más personas las que muestren interés en acudir a estas sesiones.

La tarea del club no es fácil, máxime de los especialistas que dan su tiempo realizando esta labor social muy importante y que puede ayudar a muchísima gente que padece esta afección.