Encuentran una relación entre la grasa abdominal, el desarrollo de diabetes tipo 2 y la enfermedad coronaria.

Una predisposición genética a una mayor relación cintura-cadera ajustada para el índice de masa corporal (una medida de adiposidad abdominal [grasa]) se asoció con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad coronaria, según un estudio que se publicó este pasado martes.

La obesidad, definida típicamente sobre la base del índice de masa corporal (IMC), es una de las principales causas de diabetes tipo 2 y enfermedad coronaria (CHD, por sus siglas en inglés). Sin embargo, para cualquier IMC dado, la distribución de la grasa corporal puede variar sustancialmente. Algunas personas almacenan proporcionalmente más grasa alrededor de sus órganos viscerales (adiposidad abdominal) que en sus muslos y cadera. En estudios observacionales, la adiposidad abdominal se ha relacionado con la diabetes tipo 2 y la CHD, pero sigue siendo incierto si estas relaciones representan relaciones causales.

El doctor Sekar Kathiresan, del Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston, Estados Unidos, y sus colegas examinaron si una predisposición genética al aumento de la relación cintura/cadera ajustada para el IMC se asocia con rasgos cuantitativos cardiometabólicos (es decir, lípidos, insulina, glucosa y presión arterial sistólica), diabetes tipo 2 y CHD.

Las estimaciones de los rasgos cardiometabólicos se basaron en un conjunto de datos combinados consistentes en resultados recogidos de cuatro estudios de asociación a nivel genómico realizados entre 2007 y 2015, con un total de 322.154 participantes, así como datos de corte transversal de individuos del British Biobank de 2007 a 2011, con 111.986 personas.

Los investigadores descubrieron que la predisposición genética a una mayor relación cintura-cadera ajustada para el IMC se relacionó con mayores niveles de factores de riesgo cuantitativos (lípidos, insulina, glucosa y presión arterial sistólica), así como un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y CHD.

«Estos resultados permiten sacar varias conclusiones: en primer lugar, estos hallazgos dan apoyo genético humano a las observaciones anteriores que relacionan la adiposidad abdominal con la enfermedad cardiometabólica.

En segundo lugar, estos resultados sugieren que la distribución de la grasa corporal, más allá de la simple medición del IMC, podría explicar parte de la variación en el riesgo de diabetes tipo 2 y CHD observado en individuos y subpoblaciones. Tercero, la relación cintura-cadera ajustada para el IMC podría resultar útil como biomarcador para el desarrollo de terapias para prevenir la diabetes tipo 2 y la CHD», escriben los autores.