La mala calidad alimentaria del venezolano viene provocando un notable incremento de personas con diabetes tipo II.
Y otro problema que enfrentan los pacientes diabéticos es la falta de medicamentos, ya que en el mercado farmacéutico es difícil conseguir las pastillas, aparte que las insulinas solo se encuentran dos, de un solo laboratorio, que más o menos ha logrado mantener su producción; lo que obviamente no satisface las necesidades y demandas de estas personas en todo el país, destacó Imperia Brajkovich, presidenta de la Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo, este lunes en el programa Por Tu Salud, de El Carabobeño Radio, conducido por Ana Isabel Laguna.
La diabetes es una afección crónica que se desencadena cuando el organismo pierde su capacidad de producir suficiente insulina o de utilizarla con eficacia. Mientras que la insulina, es una hormona que se fabrica en el páncreas y permite que la glucosa de los alimentos pase a las células del organismo, en donde se convierte en energía para que funcionen los músculos y los tejidos.
Como resultado, una persona con diabetes no absorbe la glucosa adecuadamente, por lo que queda circulando en la sangre (hiperglucemia) y dañando los tejidos con el paso del tiempo. Deterioro que causa complicaciones letales para la salud, sino se administra un tratamiento con las dosis adecuadas.
Imperia Brajkovich, presidenta de la Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo indicó que las personas suelen comer los alimentos que consiguen, y muchos de estos en su mayoría son carbohidratos, con exceso de harina, lo que provoca que engorden, aunque otros estén adelgazando mucho.
Los que adelgazan mucho tienen que cuidarse, ya que estos diabéticos que consumen pastillas y usan insulina, deben bajar las cantidades para evitar una hipoglicemia. Colocarse mucho o poco trae daños al organismo.
Pero, otra eventualidad que se está presentando es que las personas con diabetes que requieren de insulina, están cambiándolas constantemente. Y todas las insulinas no son iguales. Algunos son de acción rápida, que al inyectarse suele bajar de más el nivel de azúcar que se consume al comer; y la de acción lenta al inyectarse puede ser entre 12, 18 o 24 horas, lo cual ayuda a mantener el azúcar en sangre normal durante el día, pero antes de la comida, porque luego de comer se debe suministrar la rápida.
Estos son los peligros de confundir una con la otra. Por ejemplo, si el médico indicó al paciente inyectarse 20 unidades de insulina de la lenta, que sirve para mantener el nivel de azúcar en sangre todo el día, y el paciente al contrario se coloca 20 de la rápida, para una sola comida, podría provocarse una hipoglicemia.
La insulina puede inyectarse en el abdomen o barriga, o en las piernas, y siempre rotar, sino pueden salir lo que se ve como chichones molestosos.
La importancia de no confundir la cantidad y el tipo de insulina que debe suministrarse un paciente deriva en que esta anomalía va deteriorando poco a poco el organismo (nervios y arterias), ya que el exceso de azúcar provoca complicaciones crónicas como son: hemorragias visual, o perder visión, infarto, problemas renal, por lo cual la persona poco a poco deteriora su función renal y luego tendrá que depender de la diálisis. Incluso las piernas se pueden deteriorar por exceso de azúcar, que puede desencadenar en infecciones. Por eso es importante administrarse la cantidad adecuada de insulina.
Es que una hipoglicemia es una reacción peligrosa, cuyos síntomas suele sentir sudoración y taquicardia; y si el azúcar está muy baja, la persona incluso puede llegar a perder el conocimiento, convulsiones y caer en coma.
En el caso de las personas que aumentan de peso, la obesidad les provoca pre-diabetes, y después diabetes tipo II, la cual se controla con pastillas, pero el páncreas con el tiempo se va deteriorando. Y si primero producía una insulina de mala calidad, que mejoraba con pastillas, con el tiempo va bajando su producción hasta que el paciente se ve obligado a tomar pastillas con insulina. En estos casos, el páncreas se va cansando al tratar de producir insulina para cubrir ese exceso de azúcar en la cantidad de comida que se consume, y disminuye su capacidad de producir insulina, hasta hacer diabético al paciente.
Recuerda la especialista que el individuo obeso es una persona mal nutrida, come mal, no consume alimento de todos los grupos y exagera en las cantidades. Es así como esta enfermedad se origina por la mala calidad y exceso de alimentos.