La comunicación de los padres con la escuela debe iniciarse tras el diagnóstico pues facilita la adaptación del joven diabético en su ambiente escolar.
En Venezuela, la prevalencia de la diabetes representa alrededor de 6 y 7 por ciento de la población, aproximadamente un millón 600 mil personas con diabetes.
De esta cifra, unos 200 mil niños podrían tener diabetes tipo 1 y aproximadamente más de 300 mil tipo 2. Ambas en aumento, pero esta última, convertida en epidemia, más aún por el sedentarismo que está caracterizando a los niños venezolanos, que cada vez hacen menos ejercicios al aire libre y más apegados a los videos juegos, además por la mala alimentación.
Esta preocupación la manifestó la doctora Sara Brito, jefe del Departamento de Endocrinología y Enfermedades Metabólicas del Hospital Militar Doctor “Carlos Arvelo”, de Caracas, en el programa Por Tu Salud, de El Carabobeño Radio.
La diabetes tipo 1, de origen inmunológico, es cuando una cantidad de sustancias del mismo organismo actúan contra el páncreas, destruyéndolo y eso hace que haya un déficit casi absoluto de insulina.
¿Y qué pudiera estar incidiendo en el aumento de la diabetes tipo 1? “Antes se pensaba que cuando la madre presentara diabetes gestacional no significaba que el niño estuviera expuesto a la misma circunstancia. Sin embargo, recientemente se ha visto que sí, que por la dieta que llevamos expone al infante a una condición especial cuando está dentro del útero, lo cual pudiera influenciar en la aparición de este tipo de respuestas autoinmunes. También hay una serie de causas externas, como los cuadros virales que se han hecho más frecuentes o sustancias químicas que pudieran estar en los alimentos. Igualmente hay mayores números de casos diagnosticados porque se hacen diagnósticos más tempranos y todo ello hacen que la diabetes tipo 1 parezca que haya un número de aumento de pacientes”.
Lo más importante es saber manejar este tipo de casos, que son muchas veces muy frágiles por el déficit de insulina, porque los niños tienen que usar insulina exógena permanentemente y ello causa una crisis familiar, por lo que necesitan orientación de que la aceptan como una condición y no como una condena. El niño tiene que aceptar su enfermedad, recalcó la especialista.
Docentes deben estar preparados
Un niño que desarrolle diabetes tipo 1 requerirá inyectarse insulina tres o cuatro veces al día y ello coincidirá con el horario escolar o, incluso podría hacer complicaciones como bajas de azúcar. Por lo que la especialista indica la importancia de que los docentes deben conocer los síntomas que pudiera manifestar y hasta ayudarlo en la administración de la insulina, como también explicarles a los otros niños que comprendan y no lo hagan sentir como un ente aparte.
De manera, que los padres una vez que conozcan del diagnóstico deben apersonarse a la escuela y comprometer al personal de que tengan un conocimiento de la patología, para que así puedan ayudar al niño en caso de que sea necesario, tanto en el cumplimiento de su tratamiento, de su dieta como en los casos de alguna complicación, como una hipoglicemia.
Este tipo de diabetes se le tiende a diagnosticar al niño antes de cumplir el año; incluso teniendo poco meses porque al haber un déficit casi absoluto de insulina ellos desarrollan rápidamente los síntomas, como deshidratación, dolor abdominal, debilidad, decaimiento. Un cuadro que amerita hospitalización y enseguida se le detecta; aunque hay casos tipo 2 que pueden pasar desapercibidos en niños y adolescentes.
Una vez que se le ha diagnosticado, los niños se les recomendará insulina externa, una dosis diaria y antes de cada comida, para asemejar lo que es la secreción del páncreas en condiciones normales, por lo que durante todo el día tendrán unos requerimientos especiales los cuales una vez que ellos aprendan a manejarlo, como también las personas que lo rodean, se les facilitará su condición.
La diabetes tipo 1, es mucho más difícil de controlar, depende por completo de la administración de insulina, muy diferente a la tipo 2 que se puede mejorar con cambios de estilo de vida, con medicamentos orales. Pero aunque el número de casos sea menor, requiere de cuidados especiales, sobre todo porque es una población que es muy sensible, que son los niños que están en desarrollo.
Lo primero que debe saber el maestro sobre la diabetes es que esta patología si tiene un buen control no afecta en absoluto las capacidades intelectuales, aprendizaje o adquisición de habilidades del estudiante.
-Los Club de diabéticos ayudan mucho para la atención de los niños con estas patologías, para que ellos vean que no son los únicos que tienen la patología, sino que muchos otros la padecen y así pueden compartir sus experiencias. Por ejemplo, en el centro clínico Docente La Trinidad, en Caracas, manejan un campamento para niños con diabetes. Pero, a nivel general en todos los centros hospitalarios pueden recibir educación tanto los niños como sus padres.
De manera, que en la educación está el manejo adecuado de la diabetes. Hay personas con esta enfermedad que llegan a edades avanzadas, con óptimas condiciones, porque han sabido controlarse sus niveles de glucemia a través de dieta balanceada y ejercicios.
Y uno de los objetivos de la Federación Nacional de Diabetes, de la cual la doctora Sara Brito es miembro directivo, es brindar educación permanente de formación de educadores en diabetes, no solamente médicos, también hay nutricionistas, farmaceutas y hasta familiares de los pacientes que deseen conocer de la enfermedad que también pueden llevar la información a los colegios.
Para mayor información, la Federación ofrece su página Fenadiabetes.com y la cuenta twiter @fenadiabetes
Hacia una dieta balanceada
En cuanto al régimen alimenticio, aclaró la especialista que la dieta es bastante liberal, lo que más se les restringe son los carbohidratos de fácil absorción, que son los azucares, pero los complejos los mantendrán en su dieta, como las proteínas y cierto cantidad de grasas. En líneas generales una dieta balanceada, con carbohidratos complejos, carbohidratos simples sólo en forma de frutas y proteínas de buena calidad especialmente las derivadas del pollo y el pescado, y grasas dadas en aceites poliinsaturados, incluso se recomienda en algunos casos el consumo de ácidos grasos de Omega 3.
En casos de alguna fiesta, sus padres pueden enviarles algunos postres helados para que no se sientan aislados o pueden consumir pequeños trozos de los dulces pero adecuándolos a las dosis de insulina que se inyectan.
Actualmente, hay insulinas más nuevas, las llamadas “análogos- insulinas”, unos dispositivos en forma de bolígrafos que pueden cargar con ellos, no necesitan de refrigeración, por lo que tienen menos riesgos de hipoglicemia. Estos análogos han facilitado el manejo de la diabetes tipo 1en los niños, de manera que ha sido más amigable el tratamiento.
Para ello, los padres tienen que educarlo efectivamente para que de acuerdo a la edad, sepa administrarse el tratamiento cuando no está en casa, en caso de que esté haciendo ejercicio o en el colegio. Lo importante es que el niño y sus padres se mantengan en un contacto permanente con su médico, para que una vez que aprendan puedan ajustar la dosis de acuerdo a las actividades que desarrollaran y la dieta que van a ingerir, sobre todo cuando usan también bombas de insulina.
Aunque la diabetes tipo 1 es la más difícil de prevenir, la tipo 2 es la que ha aumentado en niños y adolescentes por la alimentación rica en azúcares, el tendente sedentarismo por el auge de los juegos de videos y de computadora, con poco ejercicios al aire libre y en los colegios apenas reciben actividad física una vez a la semana. Por lo que es muy importante, que las madres se cuiden mucho durante el embarazo y eviten y prevengan la aparición de diabetes en esta etapa, sobre todo si tienen antecedentes de diabetes tipo 2, y de alguna manera mantengan una dieta adecuada.