La Asociación de Diabéticos del Bierzo, Adebi, acumula miles de kilómetros de recorrido por una senda contraria al camino de la diabetes.
Los bajos del estadio El Toralín de Ponferrada son el punto cero de los más de 250 kilómetros que recorre al año cualquiera de sus asociados, una media de 20 kilómetros al mes. El deporte es vida. Es la vida para las personas con diabetes. «Caminar es la manera de mejorar la calidad de vida».
El presidente, Pedro Mora, es sólo la punta del iceberg de una asociación que está a punto de cumplir cincuenta años, una de las más antiguas de España que lucha contra los efectos de la diabetes. Ciclismo, carreras, caminatas, todo tipo de ejercicio para mantener a raya la glucosa, prácticas que suponen la mitad del éxito de los tratamientos farmacológicos y la alimentación. «Hace seis años iniciamos estos recorridos porque es la única manera de mejorar» y el escenario es El Toralín «que es como un espacio natutal con mil senderos».
El mal tiempo ha retrasado las caminatas, que este año comienzan en febrero. Los días elegidos son los lunes y los miércoles de 16.30 horas a 19.00 horas. «Caminamos dos horas todos los días. Elegimos los recorridos más espectaculares, fomentamos que la gente salga a la calle y conozca unos parajes fantásticos que hay en El Bierzo, como las minas de wolframio.
Dieta y ejercicio son inseparables. La entrada de hidratos de carbono tiene que suplementarse con un mayor gasto calórico por el deporte. La alimentación debe ser fraccionada (cada 3 a 4 horas) ya que, de esta manera, se evita una hipoglucemia.
Además, la ingesta de alimentos deberá ajustarse a la acción de los medicamentos para el tratamiento de la diabetes, sean estos hipoglicemiantes orales o la acción de la insulina inyectada. A esto se llama educación en el manejo de la diabetes. En la asociación que dirige desde hace seis años Pedro Mora, también se organizan talleres.
«Este año tenemos un taller de educación en diabetes. Los endocrinos apenas tienen tiempo en las consultas del hospital así que hemos pensado que vengan aquí, a la sede, para que impartan talleres.
Educar en diabetes es muy importante, sobre todo para las personas que debutan por primera vez y para los padres y las madres de los niños que tienen el diagnóstico con 2 ó 7 años». La diabetes tipo 1 ocurre con mayor frecuencia en los niños y adultos jóvenes, pero puede aparecer a cualquier edad.
El páncreas no produce insulina. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa penetre en las células para suministrarles energía. Sin la insulina, hay un exceso de glucosa que permanece en la sangre. Con el tiempo, los altos niveles de glucosa en la sangre pueden causar problemas serios en el corazón, los ojos, los riñones, los nervios, las encías y los dientes.
«En la tarea de educar en diabetes estamos. Los padres son los que tienen que llevar el control». El mensaje de Pedro Morán es optimista: «Esto no es el fin, es el principio del resto de nuestra vida».
Pero la reacción ante el diagnótico no es igual en todas las personas. «Hay muchos padres que no asumen que sus hijos son diabéticos y se preguntan por qué ha pasado. Para ayudarles tenemos un psicólogo que enseña a cambiar las pautas de vida».
La diabetes suele ser una enfermedad silenciosa y los síntomas son más claros en personas con diabetes tipo 1 (cuando el organismo no produce insulina), mientras que en la tipo 2 (la insulina no funciona en el organismo cómo debe ser) son más difíciles de reconocer, debido a que generalmente no presentan síntoma alguno al principio y es posible que no se tengan durante muchos años. La de tipo 2 está vinculada a la obesidad.