Un científico de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) realiza un estudio para determinar la relación particular entre una variante del gen receptor de dopamina (DRD2) con el consumo de alcohol y el desarrollo de diabetes.
El doctor en biología molecular, Alfonso Zepeda Carrillo, realiza la investigación entre pacientes diagnosticados con diabetes tipo 2 en el occidente de México, los cuales presentan problemas para controlar su manera de alimentarse.
El especialista comentó que estudian la variante genética asociada con la adicción y el comportamiento de comedores compulsivos, pues estudios científicos revelan que en el sistema mesolímbico dopaminérgico actúa un gen conocido como receptor de dopamina.
De acuerdo con información del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Zepeda Carrillo explicó que dicho gen tiene una variante que predispone a las personas hacia adicción al alcohol, a cierto tipo de comidas e inclusive a drogas.
“Aquí en el estado de Nayarit, más de 60 por ciento de los pacientes con diabetes tipo 2 tiene historial de consumo de alcohol, de los cuales menos de 25 por ciento tiene un patrón de consumo de bajo riesgo con base en la clasificación de la OMS”, detalló. Abundó sobre el estudio que hacen del “impacto en el consumo de embriagantes para el desarrollo de diabetes y encontramos individuos que son más susceptibles a desarrollar la enfermedad, esto se explica con base en su estructura genética, lo cual es motivo de nuestro estudio”.
El biólogo molecular indicó que tras el estudio de pacientes mestizos de Tepic con diabetes tipo 2, observó que la frecuencia de la portación del gen es de 50 por ciento, similar con la población que no tiene diabetes, con 51 por ciento. Asimismo, refirió que 63 por ciento de enfermos mostró consumo crónico de alcohol, lo cual tiene un efecto importante para el desarrollo de dicho padecimiento. No obstante, dijo que hay pacientes que beben en grandes cantidades y nunca presentan diabetes.
Los resultados de la investigación de Zepeda Carrillo arrojaron que el riesgo promedio de desarrollar diabetes tipo 2 por consumo de alcohol es cinco veces más alto respecto a los que no beben.
Zepeda Carrillo afirmó que con la identificación de los portadores de esta variante genética, las autoridades de salud podrán hacer estrategias terapéuticas precisas desde el punto de vista nutricional y farmacológico, para atender a pacientes con la enfermedad crónica.