@imara pues tienes razón, es un "Bug" que se produce cuando la dirección web que quieres compartir contiene la palabra diabetes..., copio aquí lo que querías compartir y me apunto para arreglarlo.
LOS DÍAS DE ENFERMEDAD
En un niño con diabetes tipo 1, una enfermedad relativamente menor puede causar un deterioro rápido del control metabólico. Una infección, una cirugía, una lesión o una alteración emocional importante también pueden influir negativamente. En estos casos aumenta la secreción de hormonas contrarreguladoras y el nivel de glucosa en sangre tiende a aumentar. También se estimula la producción de cetonas en la sangre y la orina. Si no se corrigen, estas perturbaciones metabólicas pueden progresar rápidamente y dar lugar a una cetoacidosis diabética (CAD).
Siguiendo atentamente las pautas siguientes la mayoría de las enfermedades de los niños pueden manejarse con éxito en casa.
Nunca omitir las inyecciones de insulina
Los pacientes con diabetes tipo 1 necesitan insulina basal para vivir e insulina rápida para comer. El horario de inyecciones de insulina de los niños con diabetes no ha de variar durante los días de enfermedad. A veces se requieren más inyecciones adicionales de insulina rápida (suplementos) al presentar altos niveles de glucosa en sangre, con o sin cetonas en la orina. Esto puede ocurrir a pesar de haber tomado menos hidratos de carbono durante el periodo de enfermedad.
En caso de una enfermedad gastrointestinal: el niño puede necesitar un manejo diferente. Las náuseas, vómitos y/o diarrea que se dan típicamente en una gastroenteritis pueden provocar una baja concentración de glucosa en sangre (menos de 80 mg/dl). En esta situación, puede reducirse la dosis de insulina de acción rápida e intermedia. Si encontramos cetonas en la orina cuando el nivel de glucosa en sangre está por debajo del 80 mg/dl será debido a la privación de hidratos de carbono (cetosis de hambre o inanición).
Prevenir la deshidratación
Para prevenir la deshidratación se recomienda:
Animar al niño a beber muchos líquidos. Los líquidos han de contener sal y potasio para reemplazar la pérdida de estos electrolitos que se da con una descompensación metabólica. Los líquidos más convenientes durante los días de enfermedad son: caldo (rico en sal), agua y suero oral.
Ofrecer líquidos azucarados si el niño no tolera la dieta oral y sus niveles de glucosa se mantienen bajos, como por ejemplo, las bebidas carbonatadas: Coca Cola® o limonada, bebidas isotónicas como Gatorade®, Aquarius®, Isostar®,… y zumos de fruta.
Los líquidos no azucarados, si el niño puede continuar con su plan de alimentación y/o su glucosa en sangre está por encima de 200 mg/dl.
Líquidos que ayudan a la rehidratación oral cuando el niño está enfermo
Medir con más frecuencia los niveles de glucosa en sangre y de cetonas en la orina.
Hay que medir la glucosa en sangre cada dos o tres horas durante el día y la noche, y las cetonas en la orina se han de medir cada vez que el niño orine.
En caso de que la concentración de la glucosa en sangre sea baja (menor de 80 mg/dl), se debe realizar un control de glucosa cada hora hasta que la glucosa en sangre esté por encima de 80 mg/dl.
Si el niño utiliza pañales: para medir la cetona en orina debemos introducir una o dos bolas de algodón en el pañal y, cuando haya orinado, exprimir el algodón sobre la tira de prueba de cetonas para mojarla con orina.
Hay que tener en cuenta que durante un período de inanición (hambre), enfermedad, o cuando la provisión de insulina es insuficiente por cualquier motivo, la concentración de cetonas en la sangre aumenta rápidamente.
Recientemente han aparecido nuevos medidores que miden las cetonas en sangre. Los valores por debajo de 0.5 mmol/L se consideraran normales. En individuos sanos que consumen una dieta normal, rica en hidratos de carbono, la concentración de cetonas en la sangre está normalmente por debajo de 0.5 mmol/L. Cuando la concentración de cetonas en sangre en una persona con diabetes mellitus tipo 1 llega o supera un nivel de 3.0 mmol/L, generalmente significa que se ha desarrollado una cetoacidosis diabética (CAD).
Administrar insulina adicional (dosis de refuerzo)
Dependiendo de los niveles de glucosa en sangre y de la presencia e intensidad de la cetonuria (cetonas en la orina) o cetonemia (cetonas en la sangre) se debe administrar insulina adicional de acción ultra-rápida (Apidra®, Humalog® o Novorapid®) cada 3 horas, o insulina de acción rápida (Actrapid®) cada 4 o 6 horas, hasta que los niveles de glucosa en sangre estén por debajo de 200 mg/dl y la cetonuria se haya reducido hasta ser negativa.
Pauta orientativa de tratamiento con insulina cuando el niño está enfermo
Notas:
* Dosis habitual a menos que el niño no quiera o no pueda comer normalmente. En este caso, la dosis de insulina de acción rápida se ha de disminuir o posponer hasta que el niño haya comido algo.
Esta pauta es orientativa y depende de la capacidad estimada para comer y beber que tenga el niño. En caso de duda de si comerá bien o no, debemos reducir la dosis a 2/3 partes de la dosis habitual. El objetivo es mantener el nivel de glucosa en sangre en una franja de 80 – 200 mg/dl y mantener le orina libre de cetonas. La insulina adicional (“dosis de refuerzo o suplementos”) se administra sólo en la forma de acción rápida (Actrapid, Humulina Regular, Humalog o Novorapid). La dosis de refuerzo se calcula con un porcentaje de la dosis diaria total habitual (promedio) de insulina (la suma de las dosis de insulinas: acción rápida, intermedia y/o prolongada).
Ejemplo:
Si la dosis diaria total habitual del niño es de 30 unidades, una dosis de un 10% adicional sería de 3 unidades, y una dosis de un 20% adicional sería de 6 unidades.
Cuando el nivel de glucosa en sangre está por debajo de 80mg/dl y tu hijo tiene náuseas, vómitos o diarrea, y no tiene hambre, es decir, está en duda la habilidad del niño para tolerar líquidos y/o comer, la dosis de insulina de acción intermedia se ha de reducir inicialmente a la mitad o a dos tercios de la dosis habitual. En esta situación, es importante tener presente que pueden ser necesarias dosis adicionales.
Tratar la enfermedad de fondo
Si sospechamos que el proceso de enfermedad que está pasando el niño necesita tratamiento se debe consultar con su pediatra. El pediatra se encargará de indicar el mejor tratamiento para resolver la situación actual de enfermedad. Como a cualquier niño de su edad, es posible que el pediatra aconseje seguir un tratamiento farmacológico. Se puede utilizar cualquier medicamento (antibióticos, analgésicos, antitérmicos, mucolíticos, antitusígenos,…), pero antes de volver a casa se aconseja consultar con el médico o farmacéutico si el fármaco contiene azúcares o si se ha de tener especial cuidado.
Señales y síntomas que requieren asistencia médica
El niño deberá ser visto inmediatamente por un médico en cualquiera de las circunstancias siguientes:
Señales de deshidratación: boca o lengua seca, labios agrietados, ojos hundidos, piel rojiza seca, menos orina o pérdida de peso.
Si es incapaz de consumir la cantidad recomendada de líquidos o carbohidratos.
o se repiten durante más de cuatro horas.
Si inicia síntomas de cetoacidosis diabética como náuseas, dolor abdominal, vómitos, hiperventilación o somnolencia.
Si el nivel de glucosa en sangre es mayor de 250mg/dl y hay cetonas en la orina durante más de 12 horas o la cetonemia en la sangre es elevada.
Si el nivel de glucosa en sangre no puede mantenerse por encima de 80 mg/dl.