Un estudio reciente de la revista Nature demuestra que durante el invierno aumenta el número de hospitalizaciones debido a esta enfermedad. Mantenerse saludable en estas fechas abarca mucho más que controlar los niveles de glucosa, presión arterial y el colesterol. He aquí algunas sugerencias.
Mantén tus medicamentos alejados de temperaturas muy bajas. Si llevas contigo insulina en un frasco, bomba o autoinyectores, está pendiente de que no se vayan a congelar. La insulina debe mantenerse entre 36 grados y 46 grados Fahrenheit mientras no se esté utilizando.
La American Diabetes Association recomienda: “No guardes tu insulina cerca del frío extremo. Tampoco la guardes en la guantera del carro”. En caso de que sospeches que la insulina no está en buen estado no la uses y devuélvela a la farmacia para intercambiarla o pedir un reembolso.
La American Diabetes Association advierte que manejar los niveles de azúcar en la sangre es más difícil cuando se tiene un resfriado. Una de las maneras más sencillas de evitar caer enfermo es lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón. También manténte caliente usando capas, cubriendo tu cabeza y poniéndote guantes y bufanda.
Las bajas temperaturas pueden agudizar la pérdida de la sensibilidad, por eso es necesario que vigiles atentamente el estado de tus pies, una zona muy delicada para los diabéticos. Usa zapatos y botas adecuadas para la nieve y aplícate humectante con regularidad para mantener la piel saludable. Si notas alguna lesión que no se cura, busca atención médica inmediatamente. No esperes.
Tener las manos frías puede alterar la medición de tus niveles de glucosa y dificultar que te salgan las gotas de sangre. Usa guantes cuando estés al aire libre y lávate las manos con agua tibia cuando estás adentro para calentar tus manos antes de sacarte una muestra.
No dejes de practicar tus rutinas de ejercicio. Según un estudio de la George Washington University School of Public Health, 15 minutos de caminata después de cada comida es más eficiente que una sola caminata de 45 minutos al día para disminuir los niveles de glucosa en la sangre. Si te cuesta demasiado salir a la calle por el frío trata de hacer ejercicios en casa con DVD’s o aplicaciones de celular, bandas de resistencia y pequeñas pesas.
Trata de hidratarte constantemente. No lo olvides aunque el frío no te dé sed. Cuando no tomas suficiente agua tienes mayor concentración de azúcar en la sangre. “Los riñones no trabajan tan eficientemente para limpiar el exceso de glucosa en la orina”, explica Lori Roust, MD, una endocrinóloga de la Mayo Clinic en Arizona. Además de agua, trata de consumir solo bebidas sin azúcar.
“Las personas con diabetes deben usar compresas calientes y mantas eléctricas con precaución y las personas con neuropatía diabética (con daño en los nervios) nunca deben utilizarlas”, explica el médico Nicolas B. Argento, en Diabetic Living Magazine. Esto se debe a que las personas con esta condición pueden desarrollar una disminución en la sensibilidad e incluso sensación de adormecimiento total en las extremidades, por lo que pueden tardar en notar una quemadura o no detectarla en absoluto. “Si tiene que calentar la ropa de cama, encienda la manta eléctrica antes de acostarse y apáguela antes de entrar en la cama”, añade. Aunque lo mejor es depender de las calefacciones centrales de su vivienda.
Ten cuidado con las bebidas dulces. El invierno es la temporada en que más provoca tomar bebidas como chocolate caliente, que pueden afectar significativamente los niveles de azúcar en la sangre. Trata de reemplazarlas en la medida de lo posible con té u otras opciones más saludables. También controla la ingesta de alcohol.
Lleva contigo medidores de glucosa. Házte la prueba con frecuencia para saber si tienes que ajustar tu insulina o tu dieta después de algún exceso.
Descansa. Según un estudio de la Sleep Foundation, las personas que duermen entre 7 y 8 horas de manera más profunda, enferman menos y controlan mejor su azúcar. Para que esto ocurra lo mejor es evitar las comidas pesadas, la cafeína y el alcohol antes de dormir, y procurar hacerlo en una habitación cómoda, fresca, oscura y silenciosa. También trata de exponerte al sol con frecuencia. Investigaciones recientes sugieren que aquellas personas con diabetes tipo 2 que tienen altos niveles de vitamina D en la sangre, tienden a tener mejor control de la enfermedad. Y aquellos que no, tienen riesgos más altos de sufrir problemas de nervios, riñón y complicaciones de la vista. El salmón, atún, yema de huevos e hígado de res son buenas fuentes de vitamina D.
No descuides la dieta. Tendemos a consumir más calorías, carbohidratos y grasa en los meses fríos, pero eso es muy peligroso. Planifica con tiempo y lleva un control de lo que ingieres. Ten a mano sustitutos como gelatinas sin azúcar. Hasta los pequeños aumentos de peso hacen más difícil controlar la diabetes.
Ante cualquier señal de decaimiento, no esperes a que mejore el clima y acude a tu médico.