Identificados procesos químicos que encienden o apagan genes y que pueden permitir avanzarse a la enfermedad.
Cada vez parece más claro que para entender cómo empiezan la diabetes tipo 2 y otras enfermedades relacionadas, como la obesidad, hay que revisar la influencia de la dieta, el ejercicio físico y otros hábitos en la actividad de nuestro genoma.
Es decir, escudriñar cómo la forma en que vivimos provoca procesos químicos que encienden o apagan genes sin modificarlos. En palabras técnicas, investigar el epigenoma. Un estudio publicado hoy en Nature ha encontrado que más de 180 de esos procesos químicos están relacionados con la acumulación de grasas que puede ser resultado de una mala dieta o de falta de ejercicio.
Y ha constatado que conocerlos permite predecir qué personas con sobrepeso u obesidad están en mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
El trabajo confirma también que la acumulación de grasas es la causa y no la consecuencia de la mayor parte de esos procesos químicos, llamados marcas epigenéticas. Unas marcas que son reversibles. Por esto, afinar en la detección de aquellas personas con alto riesgo de padecer diabetes podría ayudarlas a mantener hábitos que eviten o retrasen la enfermedad.
El trabajo analizó las características epigenéticas de muestras de sangre de más de 5.000 personas en relación con su Indice de Masa Corporal
El estudio avanza pues en el conocimiento de una enfermedad que afecta a muchas personas: la diabetes tipo 2 está en auge en todo el mundo, tanto en los países desarrollados como en vías de desarrollo. Se produce cuando el cuerpo no utiliza adecuadamente la insulina, una hormona que regula el azúcar en sangre, y está muy relacionada con un peso corporal excesivo y con la inactividad física. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de personas con diabetes, en la mayoría de casos de tipo 2, aumentó de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014.
La OMS explica que la dieta saludable, la actividad física regular, el mantenimiento de un peso corporal adecuado o la evitación del consumo de tabaco previenen la diabetes tipo 2 o retrasan su aparición. El trabajo publicado en Nature ayuda a explicar por qué y a identificar mejor quiénes tienen mayor riesgo de enfermar.
Datos de más de 5.000 personas
La investigación, liderada desde Gran Bretaña y Alemania, analizó datos de más de 5.000 participantes en tres estudios epidemiológicos llevados a cabo previamente. Para Carolina Soriano, doctora en genética e investigadora en el Institut Hospital del Mar d’Investigacions Mèdiques, que no ha participado en el estudio, “la gran cantidad de datos analizados hace relevante al estudio”. Algo que, recuerda, no es sencillo ni barato. “El análisis del epigenoma de cada persona cuesta unos 200 euros”, detalla.
Lo primero que se analizó fue la relación entre las características del ADN de las muestras de sangre de estas personas y su Índice de Masa Corporal (IMC). Esto último es una medida que se calcula a partir del peso y la altura y, explican los investigadores, es un indicador clave de la grasa acumulada en el cuerpo. Así fue como se identificaron más de 180 marcas epigenéticas relacionadas con el IMC, y por lo tanto con la acumulación de grasa, que cambian el comportamiento de casi 40 genes.
El estudio abre la puerta a desarrollar nuevos métodos de predicción y prevención de la enfermedad
Los científicos quisieron también comprobar si las marcas y su influencia en el comportamiento de ciertos genes están presentes en otros tejidos más allá de las células de la sangre. Para eso utilizaron por ejemplo muestras de tejido graso o hepático procedentes de otros individuos y constataron que existen coincidencias. “Esto da más fuerza a los resultados”, explica la doctora.
Además, mediante varios métodos analíticos, concluyeron no solo que la gran mayoría de estas marcas genéticas son consecuencia de la acumulación de grasas, sino que son útiles para predecir, especialmente en el caso de las personas con sobrepeso u obesidad, quiénes tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un futuro.
Esto abre la puerta a desarrollar algún día nuevos métodos para la predicción y la prevención de la enfermedad. “Vistos los resultados, ahora sería interesante estudiar qué cambios epigenéticos se producen en las células de personas que mediante la dieta o el ejercicio reducen su Índice de Masa Corporal”, apunta Soriano.