La diabetes tipo 2 es una enfermedad que puede prevenirse y quienes aún no la padecen, pero registran niveles altos de glucosa en la sangre, pueden evitarla si se detecta de manera temprana, hacen cambios radicales en sus hábitos alimenticios y se ejercitan constantemente, señaló el director del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), Jesús González Roldán.
En un diálogo en el que también participó el secretario de Movilidad de la Ciudad de México, Héctor Serrano, quien fue diagnosticado con la enfermedad hace poco más de 15 meses, ambos coincidieron en que para combatir el avance del padecimiento en el país no se requieren grandes esfuerzos ni mucho dinero, sino disciplina y, fundamentalmente, un cambio en los hábitos personales.
“Los medicamentos ayudan, intentan compensar, pero lo importante está en los hábitos, en la parte conductual. Involucra a la familia y a toda la sociedad. Tenemos que movilizarnos para que los siete de cada 10 mexicanos con obesidad reviertan esta condición. Hay medidas muy simples que no son costosas, las cuales van más allá del ámbito de la salud”, señaló el director de Cenaprece, quien detalló que en 15 años se han registrado un millón 100 mil muertes por diabetes, la cual padecen 9 millones de mexicanos.
Insistió en que es necesario hacerse chequeos médicos de manera periódica y no esperar a que se presenten síntomas de diabetes, como cansancio, sed, hambre, pérdida de peso, necesidad de orinar frecuentemente y falta de ánimo. Dijo que es una enfermedad silenciosa y una persona puede pasar varios años viviendo con ella antes de presentar su primera crisis.
Para prevenir la enfermedad, especialmente si existe predisposición genética (por parte de padres o abuelos), se deben tomar medidas básicas, pero fundamentales, como cuidar la alimentación (evitar el consumo de azúcar y grasas), no saltarse comidas y hacer colaciones entre éstas, consumir frutas y verduras, realizar actividad física y hacerse chequeos médicos constantes.
“Tiene que ver con cuidar nuestra propia salud y no esperar a que esté presente la sintomatología. Hay que hacer chequeos periódicos: así como revisamos los carros, hay que revisar nuestro propio organismo”, indicó.
“Lo más importante es que si yo cambio en ese momento mis hábitos: tengo buena alimentación, hago actividad física y en algunos casos se requerirá medicamento, me lo tomo y soy disciplinado, así revierto todo eso y no voy a tener las afectaciones relacionadas con el incremento de glucosa”, dijo.
“Es posible revertirla”. Héctor Serrano relató su experiencia tras haber sido diagnosticado con la enfermedad. Platicó que desde pequeño fue robusto e incluso llegó a ser un “niño gordito” cuando, culturalmente, el sobrepeso en el mexicano era visto como señal de vitalidad y salud. Desde entonces sentía debilidad por las garnachas y por las comidas altas en contenido calórico; a ello se le sumaron sus antecedentes genéticos, puesto que su madre y su abuela habían sido diabéticas.
Estas dos condiciones: la obesidad y la predisposición genética, elevaron las probabilidades de desarrollar la enfermedad; hace poco, antes de cumplir 53 años, su médico le confirmó al titular de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México que tenía niveles elevados de glucosa en la sangre, por encima de los 200 puntos; la señal de que Serrano era diabético.
Relató que a partir de entonces, y después de su primera experiencia desagradable con el medicamento para reducir el azúcar en la sangre, tomó la decisión de modificar su estilo de vida. Tiene 13 meses sin utilizar nungún medicamento para tratar la diabetes, puesto que ha logrado revertir sus elevados niveles de glucosa en la sangre con base en buenos hábitos alimenticios y ejercicio.
“Yo me calificaría de un diabético que se convirtió en prediabético, porque logré revertir totalmente mi condición de glucosa con los cambios de alimentación y un poco de ejercicio”, platicó y agregó: “Durante 53 años no había hecho ejercicio y se puede revertir. Debes tener la confianza, la voluntad y las ganas de hacerlo”.
Siete de cada 10 la padecen. Jesús González Roldán, señaló que la diabetes es un mal silencioso que se ha convertido en una de las dos primeras causas de muerte en nuestro país, a la par de las enfermedades cardiovasculares, y afecta a siete de cada 10 mexicanos adultos y a uno de cada tres niños, según cifras de la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut).
“No nos podemos acostumbrar a la danza de las cifras, hoy se están muriendo al año en este país 98 mil 500 personas por diabetes”, destacó.
González Roldán dijo que hay un número importante de pacientes que no saben que viven con la enfermedad y otros que no acuden a sus servicios médicos a revisarse y darle seguimiento. La mayoría de los diagnosticados había presentado síntomas, pero no supieron que tenían la enfermedad hasta que se les hizo la prueba de sangre.
Recordó que hace un par de semanas México se convirtió en el primer país en el mundo en lanzar dos alertas epidemiológicas por enfermedades no infecciosas: diabetes y sobrepeso u obesidad, las cuales ocupan los primeros lugares de causas de muerte de la población.
Señaló que la emisión de estas alertas no se retrasó, puesto que desde 2014, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto lanzó la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, la cual existe en las 32 entidades que están alineadas a los tres pilares estratégicos: salud pública, atención médica y políticas fiscales y regulatorias.
“México es uno de los países que tiene a nivel mundial uno de los mejores sistemas de vigilancia epidemiológica. Nada más que no teníamos los datos claros de lo que estaba pasando en los centros de salud. Hoy tenemos toda la estrategia y los indicadores por los estados”, explicó.