La longevidad y el gasto sanitario de un país no siempre van de la mano. Según el último The Global Health and Wellness Report de 2017, publicado por Kantar Health, Estados Unidos es la región del mundo que más gasta en sanidad, pero es la séptima en longevidad. Frente a ella, se encuentran Japón y España, que ocupan el primer y segundo puesto en longevidad, pero el cuarto y el octavo, respectivamente, en gasto sanitario.
Para sacar esta conclusión, el informe hace un examen completo y centrado en la atención médica que recibe el paciente a nivel mundial, contrastando cuáles son las enfermedades más comunes en función del país de origen, el funcionamiento del sistema sanitario, así como los hábitos de vida saludable que lleva la población. Para ello, analiza los datos de Estados Unidos, Japón, la UE5 (Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido), China y Rusia.
En España, por ejemplo, las tres principales causas de muerte están relacionadas con las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes. Asimismo, el hábito del tabaquismo ha aumentado “dramáticamente” en nuestro país en los últimos años, tal y como resalta el documento. Tanto es así, que el 30 por ciento de la población adulta española fuma y el 26 por ciento, además, de manera diaria.
No obstante, la esperanza de vida media de la población es de 83 años, la mayor de Europa y la segunda del mundo, solo por detrás de Japón, que ronda los 87 años. Sin embargo, Japón se enfrenta actualmente a una de las crisis demográficas más importantes del planeta, ya que el 26 por ciento de la población tiene más de 65 años y las tasas de natalidad están estancadas desde hace años.
La obesidad se ‘ceba’ en Estados Unidos y Alemania
En el caso de Estados Unidos es, junto a Alemania, los dos países con mayor porcentaje de obesidad. De hecho, un tercio de los norteamericanos son obesos y uno de cada 10 tiene diabetes (el cáncer es la segunda enfermedad que más prevalece en este territorio, afectando al 23 por ciento de la población).
Asimismo, el informe también detecta que 152 millones de estadounidenses (el 62,5 por ciento de la población adulta del país) han sido diagnosticados con una condición que podría denominarse “preexistente” para los servicios de salud futuros. Esto implica que, al basarse el sistema sanitario estadounidense en un modelo de aseguramiento y no de cobertura universal, el 41 por ciento de estos ciudadanos utilizan ‘fórmulas de ahorro’, o lo que es lo mismo, toman menos medicamentos de los recetados y/o compran menos píldoras.
“Si bien este último informe se aprecian que se han hecho progresos en la atención a los pacientes, todavía hay mucho por hacer para mejorar las vidas de las personas que sufren por diversas condiciones, ya que en todos los países, las tasas de diagnóstico y tratamiento varían ampliamente y demuestran que queda mucho margen de mejora”, asegura Michal Frostin, responsable en Kantar Health.