La gran mayoría de personas con diabetes se guía por mitos alimentarios que, lejos de mejorar, empeoran su enfermedad, tal y como se advierte desde el Consejo y la Fundación de Dietistas-Nutricionistas.
Y es que, tal y como afirma Alma Palau, presidenta del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas (CGDN), “mientras los diabéticos sigan creyendo que pueden comer sin problema lo que la industria les vende como ‘light’, que no pueden comer determinadas frutas y verduras o que la ingesta de alcohol no es perniciosa para ellos, no van a mejorar su calidad de vida”:
Para Alma Palau cambiar los hábitos de vida y la educación alimentaria es fundamental para frenar el aumento de la diabetes.
Para la presidenta del CGDN “cambiar los hábitos de vida y la educación alimentaria es fundamental” para frenar el aumento de la diabetes que afecta a más de 5,3 millones de españoles, cerca del 14% de la población.
Y es que pese a que seguir un estilo de vida saludable puede prevenir hasta el 70% de la diabetes tipo 2, durante muchos años se ha tratado de combatir la diabetes sólo con medicación y se ha descuidado el seguimiento de la dieta de los pacientes.
“En Europa, las autoridades sanitarias ya se han dado cuenta de que hay que abordar esta patología de manera multidisciplinar y han incorporado a los dietistas-nutricionistas en la sanidad pública para llevar un seguimiento más directo de la alimentación de las personas con diabetes y frenar a tiempo, e incluso revertir algunos de los efectos de esta enfermedad como son las amputaciones, los infartos o ceguera”, asegura Alma Palau.
En este sentido, Andoni Lorenzo, presidente de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), afirma que “diabetes y sobrepreso, en muchos casos, van de la mano. Es más, 1 de cada 6 adultos en España es obeso y el 25% de los niños tienen sobre peso. Con cifras como estas es necesario entender que el control de la diabetes pasa indudablemente por una dieta saludable que reduzca el riesgo de complicaciones en las personas con esta dolencia y evite el diagnóstico de nuevos casos. Es importante apostar por educar al paciente en hábitos alimentarios adecuados y equilibrados, una formación en la que hay que ir de la mano con los diestistas-nutricionistas”.
Por todo ello, desde el Consejo y la Fundación de Dietistas-Nutricionistas se ha puesto en marcha la campaña #CeroDIABETES, con la que se quieren desmitificar las leyendas populares en torno a la alimentación y ayudar a frenar una enfermedad que provoca 5 millones de muertes cada año a nivel mundial.
Los dietistas-nutricionistas han analizado detenidamente los principales mitos y errores que las personas con diabetes siguen en sus dietas para tratar de desenmascararlos. Giuseppe Russolillo, presidente de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN), asegura que “un producto que viene con la etiqueta ‘light’ puede contener niveles de azúcar no aptos para un diabético, ya que a pesar de haber bajado la proporción de azúcar puede seguir siendo demasiado elevada. Además, puede que se llame light porque ha disminuido el porcentaje de otro ingrediente que no sea el azúcar”.
Tampoco es cierto el mito de que las personas con diabetes no puedan comer plátano o uvas, ya que en realidad se debe comer todo tipo de frutas siempre que se respete la proporción entre carbohidratos consumidos y los niveles disponibles de insulina. Lo mismo ocurre con la patata, la pasta o el arroz, que no están prohibidos y además es recomendable que la ingesta de carbohidratos se realice a partir de hortalizas, tubérculos, frutas, cereales integrales o legumbres por encima de otras fuentes de hidratos de carbono, especialmente aquellas con grasas, azúcares y sodio añadido.
Otro mito habitual es pensar que “mientras me tome la pastillita para la diabetes”, puedo comer lo que quiera. Cuidar la alimentación puede ser un arma tan poderosa como la medicación en el tratamiento de las diabetes tipo 2.
Giuseppe Russolillo advirte también sobre el etiquetado de los alimentos, “porque la etiqueta ‘apto para diabéticos’ no es sinónimo de barra libre”, afirma. Russolillo asegura que en muchos casos se sustituye el azúcar por otro edulcorante calórico o un ingrediente que pueda afectar a la glucemia. También ocurre que hay alimentos que efectivamente están hechos con edulcorante no calóricos, pero que su ingesta excesiva conduce a situaciones de distrés intestinal.
Otro mito típico es el considerar que la miel es mejor que el azúcar, cuando en realidad la ingesta de miel comporta también azúcares libres con efectos sobre la glucemia parecidos a los del azúcar.
El mito de que la sacarina es un producto que puede producir cáncer también está muy extendido, pero según la OMS, se trata de un aditivo seguro siempre que se tome dentro de los límites recomendados, que son de 5 mg por kg de peso corporal.
Tal y como afirma Alma Palau, el problema radica en que “no se pueden dar hojas impresas con dietas universales a los diabéticos, hay que enseñarles a alimentarse, personalizar sus dietas, guiarlos, acompañarlos en su camino para conseguir una mayor calidad de vida y que no lleguen a desarrollar los efectos secundarios de la enfermedad, tan dolorosos para el paciente”.
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