Unos 50 niños y adolescentes con diabetes tipo 1 de toda la provincia participarán en el campamento anual recreativo y educativo que se desarrollará en La Paz, los días 18 y 19 de noviembre, organizado por el servicio de Endocrinología, Diabetes y Nutrición del hospital Materno Infantil San Roque de Paraná.
El servicio de Endocrinología, Diabetes y Nutrición del hospital Materno Infantil San Roque, es el centro de derivación de la patología endocrinológica de toda la provincia, donde se atiende a los niños y niñas con diabetes tipo 1 desde el nacimiento y hasta los 15 años.
La jefa del servicio, Ángela Figueroa Sobrero, explicó que los chicos diabéticos de 9 a 15 años pueden participar de dos jornadas de campamento, donde conozcan a otros chicos y compartan las mismas actividades en cuanto al control de la glucemia e inyección de insulina. La especialista señaló que "en los chicos diabéticos es muy importante el conteo de hidratos de carbono: saber cuánto comen y en función de eso cuánta insulina se ponen, y en el campamento trabajamos todos esos temas en talleres lúdicos para reafirmar conocimientos en educación diabetológica".
Se busca que los campamentos tengan un impacto educativo en los chicos, que no sean un mero encuentro sino que se afirmen conocimientos diabetológicos. "Hacemos educación individual y también educación grupal porque los talleres son más divertidos al salir a caminar, jugar, saliendo del ámbito hospitalario", señaló Figueroa Sobrero.
En el campamento participan entre 40 y 50 chicos, provenientes de toda la provincia. Se los divide en "patrullas" de diez y en cada una se designa un líder a cargo que es el ejemplo de control. Las patrullas están conformadas por un líder, una enfermera y un médico.
El abordaje se produce partiendo del desarrollo de talleres y actividades lúdicas: durante las dos jornadas los chicos van a la pileta, juegan a la pelota o al delegado acompañados por el equipo interdisciplinario y se produce el encuentro con el personal de salud desde otro espacio que facilita el impacto educativo.
Ambas jornadas comienzan con un desayuno grupal, el autocontrol y la administración de insulina. Se les enseña a realizarse el autocontrol y aplicación de la insulina (los chicos se sacan sangre, se miden la glucemia y en función de eso se inyectan insulina). Además de las inyecciones de insulina, para los chicos diabéticos es fundamental desarrollar alguna actividad física todos los días, a fin de lograr un peso estable; y también deben respetar una dieta adecuada que controle las cantidades de hidratos de carbono, grasa y proteínas que se ingieren.
La enfermedad y su tratamiento
La diabetes tipo 1 mellitus insulinodependiente es una enfermedad crónica del páncreas que provoca la destrucción de las células productoras de insulina; como consecuencia, la glucosa se acumula en la sangre. Puede aparecer a cualquier edad, pero suele iniciarse en la infancia y adolescencia y requiere que los niños y adolescentes se inyecten insulina para evitar las complicaciones que provoca la carencia de esta hormona.
La enfermedad puede generar complicaciones agudas y crónicas.
Entre las complicaciones agudas, la hiperglucemia (un nivel muy elevado) puede llevar a un cuadro gravísimo, que puede comprometer la vida del paciente si no recibe insulina en las primeras horas. Por su parte, presentando hipoglucemia (un nivel muy bajo) el chico puede convulsionar.
Pero además un mal control puede generar complicaciones crónicas, por ejemplo si un chico está permanentemente con glucemias altas, se puede producir lo que se llama retinopatía del diabético, (alteración en la vista); nefropatía del diabético, (alteración en los riñones); o neuropatía, donde hay distintas complicaciones a nivel de las terminales nerviosas por un mal control metabólico.
"Uno no educa a partir del miedo, las amenazas ni de las complicaciones, sino que busca educar tratando de impartirle a los chicos que pueden hacer una vida saludable igual que cualquiera de sus pares si mantienen un control adecuado y hábitos saludables", señaló Figueroa Sobrero.
El abordaje inicial de la diabetes con los chicos se realiza con un grupo de trabajo, en el cual intervienen la nutricionista, la psicóloga, el enfermero y el médico.
La familia: un pilar fundamental
El abordaje también busca contemplar y comprometer a la familia: sobre todo a los abuelos, tíos y quienes quedan a cargo del cuidado del chico. "La alimentación también es una herramienta terapéutica, tenemos que verla como tal", dijo Figueroa Sobrero.
Además desde el servicio de Endocrinología, Diabetes y Nutrición se hace hincapié en fomentar la actividad física. "Siempre les decimos a los papás que ese tiempo es una inversión, porque después el chico cuando quiera divertirse va a ir a jugar a la pelota o al básquet, la nena se va a ir a jugar al hockey, porque le quedó esa impronta positiva de que cuando hizo deporte lo disfrutó", apuntó la especialista.
Si el chico desde los 5 a los 15 años, o hasta los 12 años nunca jugó al fútbol o al básquet, nunca más va a jugar, porque se va a sentir ridículo porque no sabe pararse, no sabe tirar la pelota, sus compañeros no lo seleccionan para jugar, y el deporte es fundamental para estos chicos. "Ahí tienen que estar los papás, acompañando, incentivándolos, por eso les decimos que es importante hacerse un espacio para formar a ese chico".
Abordaje interdisciplinario
El equipo multidisciplinario del servicio está integrado por las doctoras Ángela Figueroa Sobrero, Ana Laura García, Silvia Panzitta, Claudia Motta y la colaboración de Gerardo Traverso, pediatra que acude desde Galarza cada año; los profesores de educación física Alejandra Pérez y Santiago Sampieri; en enfermería Susana Waigandt, Ángel Bertonchello, Iván Retamal y Claudia Sánchez; las nutricionistas Luisina Iturria, Agustina Devinar, Gianella Pisk, Evelin Baraballe, Matías Ducrano, Antonella Tiego y Laura Larrateguy; las psicólogas Natalia Orzuza y Natalia Nerone. Además de los educadores (que estarán a cargo de las patrullas en el campamento) Ariana Cabrera, Susana Unrein, Sofía Wolf y Sol Leiss.
Desde la organización indicaron que la actividad no podría realizarse sin la valiosa colaboración de la Cooperadora del hospital Materno Infantil San Roque; el apoyo de la Dirección del hospital; el respaldo del Ministerio de Salud, que declaró de interés ministerial el campamento; y el Hotel Costa Dorada de La Paz y de la empresa de transporte, Antártida Argentina.