La Unidad de Diabetes de la sección pediátrica del Hospital General de Alicante ha obtenido la certificación de Calidad Excelente por el proceso de tratamiento de niños diabéticos con bombas de insulina y se ha convertido en el único centro que obtiene ese galardón en toda la Comunitat Valenciana.
En concreto, la organización del tratamiento se realiza a través de una infusión subcutánea continua de insulina (ICSI) en niños con diabetes del tipo 1 y la acreditación de calidad es otorgada por la agencia evaluadora independiente de procesos de salud DNV-GL, según informan fuentes hospitalarias.
El único centro hospitalario que posee esta certificación, junto al General, es el Ramón y Cajal de Madrid. Según la Organización Mundial de la Salud, la diabetes está considerada epidemia y un 10 por ciento de sus casos es de tipo 1, diagnosticándose cada año en la Comunitat entre 16 y 17 nuevos casos por cada 100.000 menores de 15 años.
Más precoz
En los últimos años, su manifestación se produce de manera más precoz pues ahora es habitual que aparezca en niños menores de seis años, lo que ha hecho también que la diabetes se haya convertido en la segunda enfermedad crónica más frecuente en la infancia.
Mientras que la diabetes tipo 2 se relaciona con la obesidad, la del tipo 1 se produce por una destrucción de las células que producen la insulina, lo que deriva en hipoglucemias que, si no se tratan y se mantienen en el tiempo, pueden provocar la lesión de las paredes de los vasos sanguíneos y, posteriormente, un deterioro de la irrigación de los órganos. Por tanto, es fundamental mantener los valores de glucemia lo más cercanos a sus cifras normales, para lo que se precisa cuantificar la cantidad de azúcares que llegarán a la sangre tras cada comida y administrar la insulina correspondiente.
De este modo, los pacientes de diabetes necesitan realizarse entre seis y diez controles diarios de glucemia en sangre, por lo que el tratamiento por bomba de insulina supone la «formas más avanzada y compleja» para controlar la enfermedad. Se trata de un dispositivo conectado a un catéter de teflón insertado de forma subcutánea en la grasa de la pared abdominal; la bomba administra la insulina de forma continua durante las 24 horas del día y puede ser programada de diferentes formas para adaptarse.