Tina vive en Copenhague, tiene 48 años y fue diagnosticada con diabetes tipo 1 a los seis, por lo que convive con la enfermedad desde 1968, época en la que su madre le inyectaba todos los días la insulina que necesitaba con una jeringa de vidrio.
“Todavía recuerdo el olor al alcohol en que se guardaban las jeringas para evitar infecciones, en esa época era muy difícil vivir con diabetes”, recordó Tina, quien participó del Encuentro Internacional de Diabetes que se realizó recientemente en Copenhague, Dinamarca, y al que accedió Télam como único medio argentino.
La mujer comentó que cuando era chica “tenía una dieta muy estricta”, porque la inyección de insulina de larga duración que se aplicaba la obligaba a comer siempre en los mismos horarios.
“Inyectarse hace 42 años no es lo mismo que hacerlo ahora: la insulina de larga duración que me colocaba cada mañana hacía que debiera tomar mi desayuno a las 7, almorzar a las 12 y cenar cada día a las 18. Era una esclava de la diabetes”, recordó con pesar.
Tina afirmó que “en general la gente no entiende lo que significa ser diabético: para una persona con diabetes era complicado inclusive viajar a otros países, ya que el cambio horario ocasionaba desajustes en las aplicaciones y eso repercutía en la salud”.
“Por suerte en los 80 se inventó la insulina de rápida acción y ahí mi vida cambió por completo. Si bien debía inyectarme de cinco a seis veces por día, podía flexibilizar los horarios de las comidas y salir a almorzar con una amiga a las 14, por ejemplo, cosa que nunca había podido hacer”, recordó.
Para Tina proyectos como estudiar, casarse o tener hijos eran casi imposibles: “Cuando era pequeña pensaba que no podría hacer una vida normal, que no podría estudiar una carrera o tener hijos. Pero gracias a los avances en medicina pude hacer mi carrera en Economía y tengo dos hijos maravillosos, objetivos que hasta no hace mucho tiempo eran difíciles de lograr para una persona con diabetes tipo 1”.
La mujer, quien actualmente usa una bomba de insulina, aseguró que vivir con diabetes en la actualidad “es mucho más fácil”.
“Hoy en día tengo la bomba de insulina y ya no tengo que preocuparme por las inyecciones. Si bien debo realizarme controles para mantener mis niveles en equilibrio, me siento mucho más libre y puedo llevar una vida como la de cualquier persona”, dijo.
Y completó: “No sé cómo sobreviví a la diabetes y tampoco entiendo cómo sobrevivió mi familia. Más de 40 años atrás ser diagnosticado con una enfermedad crónica como esta era casi insuperable, pero por suerte hoy en día las perspectivas son muchísimo mejores”.
Para Tina la concientización es una parte “muy importante” a la hora de encarar la enfermedad, por eso decidió compartir su historia.
“Cuando me invitaron al encuentro decidí venir a compartir mi experiencia para que la gente pueda identificarse y comprender mejor cómo es vivir con diabetes. Es importante recordar que en el caso de la diabetes tipo 2 hay muchas cosas que pueden hacerse para prevenirla, como realizar actividad física y comer sano”, dijo.
Y agregó: “Si bien hay factores como los antecedentes familiares que no podemos modificar, hay muchos otros sobre los que sí podemos trabajar y el cambio depende de nuestras propias decisiones”.
“Llevar un estilo de vida saludable es algo que podemos elegir y en eso debemos trabajar”, convocó.