En una ocasión un amigo pensaba que el nombre del grupo “Vive con Diabetes” estaba equivocado y que era “Vive sin diabetes”: no. Nada más equivocado.

Hay quien vive sin diabetes, y definitivamente es mucho mejor que vivir con una enfermedad crónico-degenerativa que poco a poco avanza en la medida que la dejamos y no la combatimos adecuadamente.

Mucho gusto nos ha dado ver que grupos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas han desarrollado estrategias para tratar de vivir decorosamente con diabetes, tal y como pensó María Levy de Alba cuando fundó la Federación Mexicana de Diabetes, y cuyo objetivo es que vivamos con calidad de vida.

Los universitarios se suman a una lucha titánica que se lleva a cabo hace mucho por parte de la Secretaría de Salud en todos niveles –federal y estatales-, por organizaciones no gubernamentales y por particulares en aras de aprender a vivir con lo que llamamos auto-control, y que es una forma de manejar nuestros niveles de glucosa en forma adecuada.

Los investigadores de Tampico de la UAT han dado buenos pasos al respecto, aunque lo que podríamos considerar como acción positiva tiene un “pero”: que hay muchos grupos y personas que están –estamos- trabajando para la misma causa, y seguramente si uniéramos esfuerzos haríamos mucho más con menos gastos.

Algunos grupos se dedican a promover la educación en diabetes pero son celosos de sus miembros y no dejan que alguien con ideas novedosas trabaje: aplica en el ámbito oficial y particular y eso nos ha detenido.

A título personal, el programa de radio “Al Día” que transmite Radio UAT todos los sábados, y que se maneja los miércoles en Radio UTC de la Universidad Técnica de Cotopaxi, en Ecuador es un foro que está a la disposición de quien lo requiera, y tiene ya casi dos décadas de existencia. Hay otros esfuerzos que se hacen, pero que quisiéramos fueran encaminados a una sola cosa: el control de la principal causa de muerte en el mundo.

Podríamos decir que la presente es una convocatoria para unir esfuerzos, para que los universitarios de la frontera y de Tampico, donde hay esfuerzos de investigación encaminados al mismo objetivo, unan sus fuerzas con los de Victoria, con nosotros, con los que estamos comprometidos con otorgar a la diabetes la importancia que tiene y combatir sus consecuencias.

Es tiempo de buscar cerca de nosotros quien trabaja para lo mismo y unir esfuerzos, dejando a un lado el protagonismo que a algunos llena y afecta a la gran mayoría.

En este combate no podemos hacer distingos ni nada por el estilo: hay que unir todos los esfuerzos posibles. Especialmente en la Unidad Académica de Derecho y Ciencias Sociales de la UAT en Victoria tenemos un grupo de investigación sobre comunicación y salud, dedicado hace años a promover la formación y educación en diabetes, dirigiendo sus esfuerzos a aplicarlos en la población, para que usted y nosotros podamos aprender y entender los riesgos de vivir con diabetes, y tener la mejor calidad de vida posible que pudiera haber.

Y aquí es donde la solidaridad de la que hablábamos hace una jornada, tiene también mucho que ver. Hablábamos de cosas de turismo y solidaridad; hoy, la misma puede y debe aplicarse a temas de salud pública, de problemas que afectan a miles, y si hacemos lo que debemos, la autoridad sanitaria tendría más fácilmente los recursos para cuidar la salud de todos.

Y esa es su función, pero si ponemos la parte que nos corresponde, si ponemos al servicio de los demás nuestros talentos, buscando una coordinación efectiva y sin protagonismos, que bien podría surgir de la misma Secretaría de Salud se podría hacer un grupo interinstitucional para el combate a la diabetes.

¿Quién le entra al proyecto? Viene un nuevo gobierno y con él, esperamos que estos planes sean bien recibidos.

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