Interesante articulo enfocado mas bien para los tipo 2 pero no viene mal para mejorar valores nosotros los tipo 1 aunque siguiendo las indicaciones de nuestro medico y modificando nuestras dosis de insulina.
El autor de dietas más exitoso te explica cómo vencer a la diabetes y adelgazar
Michael Mosley, el médico y periodista de la BBC que dio a conocer la dieta 5:2, vuelve ahora con la 'Blood Sugar Diet', que ya es el régimen más popular de Reino Unido
Leer más: Dietas: El autor de dietas más exitoso te explica cómo vencer a la diabetes y adelgazar. Noticias de Alma, Corazón, Vida Link
“He diseñado un plan de dieta y un programa de hábitos vitales que no sólo reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2, además puede revertir la enfermedad en aquellos que la sufren. Y en sólo ocho semanas”.
Este es el aventurado reclamo del nuevo libro de Michael Mosley, el médico y periodista de la BBC que dio a conocer la dieta 5:2 con el superventas 'La dieta FastDiet' (Atria Books), y que ha vuelto a batir todos los récords en Reino Unido con su nuevo texto, 'The 8-week Blood Sugar Diet' (Short Books).
De primeras, el nuevo régimen propuesto por Mosley puede parecer otra dieta milagro, pero lo cierto es que tiene mayor base científica que la gran mayoría de los planes alimenticios que se publican. El periodista ha basado su propuesta en las investigaciones llevadas a cabo por Roy Taylor, profesor de Medicina y Metabolismo de la Universidad de Newcastle, que logró que un grupo de once voluntarios obesos, nueve hombres y dos mujeres, se libraran de la diabetes para siempre, gracias a una dieta de sólo 600 calorías al día.
Mosley narra en su libro (cuyo contenido ha sido adelantado en varias entregas en 'The Daily Mail') la historia de Alan Tutty, que fue uno de los afortunados participantes en el estudio llevado a cabo por el doctor Taylor. En sólo ocho semanas logró perder 12 kilos de peso y, lo que es más importante, escapar de la diabetes que le habían diagnosticado antes de alistarse al experimento. Sus niveles de azúcar se han mantenido estables desde entonces.
El caso de Tutty no es aislado. Los voluntarios perdieron de media 15 kilos y todos lograron controlar sus niveles de azúcar en sangre. Desde que el estudio se hiciera público, y los medios británicos dieran cuenta del mismo, los testimonios que aseguran las bondades del plan se han multiplicado. Ahora Mosley va un paso más allá, y ha diseñado una dieta que, asegura, no sólo conviene a las personas diabéticas o prediabéticas, sino también “a todo aquel que quiera perder peso rápidamente y recuperar el control de su salud”.
No más carbohidratos
En realidad, la dieta 'Blood sugar' no es más que una adaptación de la dieta mediterránea, en consonancia con el nuevo paradigma nutricional que llevan años proponiendo científicos como Aseem Malhotra, uno de los cardiólogos más prestigiosos del Reino Unido, o el divulgador científico Gary Taubes, autor de 'Cómo engordamos y qué hacer al respecto' (RBA Libros).
Según estos, el aumento del consumo de carbohidratos refinados es el principal responsable de la epidemia de obesidad y diabetes que las autoridades sanitarias no están consiguiendo atajar. Entre otras cosas porque no están dando las recomendaciones adecuadas.
Ni siquiera las personas diabéticas están recibiendo las recomendaciones adecuadas y siguen comiendo carbohidratos como el pan, la pasta o el arroz
La ingesta de este tipo de carbohidratos provoca un aumento de la insulina. Esta hormona transforma este nutriente en energía, en forma de azúcar, pero, a su vez, almacena lo que sobra en forma de grasa, principalmente alrededor del abdomen. Y, teniendo en cuenta lo poco que nos movemos, es muy fácil que sobre. En este proceso hay, además, un problema añadido. Cuando se elevan los niveles de insulina, bajan los de azúcar, algo que estimula el hambre, y nos empuja a querer más y más carbohidratos. Un círculo vicioso que, si no se corta, nos lleva directos a sufrir obesidad y diabetes.
En opinión de Mosley, ni siquiera las personas diabéticas están recibiendo las recomendaciones adecuadas y siguen comiendo carbohidratos como el pan, la pasta o el arroz –que forman parte de la dieta estándar baja en grasa que recomiendan los médicos– pese a que a nivel metabólico actúan de forma similar al azúcar.
“Hace poco estuve en un hospital de Londres charlando con un hombre de 55 años que estaba a punto de que le amputaran el pie debido a su diabetes tipo 2”, cuenta Mosley en el libro. “Cuando le pregunté que le habían dado de desayunar esa mañana me dijo que podía escoger entre pan blanco o copos de maíz. Hace veinte años, te podrían perdonar por dar a los diabéticos este tipo de comida, pero desde entonces ha habido docenas de estudios que sugieren que esto no es lo que debemos hacer”.
Una revisión 'hardcore' de la dieta mediterránea
En opinión de Mosley, la dieta mediterránea es la mejor opción para adelgazar y mantener los niveles de azúcar en sangre a raya, algo que comprobó una revisión reciente de 20 ensayos, en los que participaron más de 3.000 personas con diabetes tipo 2.
La dieta mediterránea es la dieta tradicional que cuenta con un mayor respaldo científico. El estudio PREDIMED –la investigación de mayor envergadura que se ha realizado sobre nutrición y salud a nivel mundial– ha demostrado científicamente que la dieta mediterránea enriquecida con frutos secos y aceite de oliva virgen extra reduce en un 30% el riesgo de infarto de miocardio, de accidente vascular cerebral o de muerte por causa cardiovascular.
La dieta no elimina por completo ningún grupo de nutrientes. Los carbohidratos están presentes, pero en sus formas más saludables
El régimen que propone Mosley no es más que una versión de choque de la dieta mediterrénea, en la que se eliminan por completo los carbohidratos refinados (que sí están presenten en esta en forma de pan o pasta). Por lo demás es muy similar: se trata de una dieta rica en frutas, legumbres, verduras, pescados grasos, frutos secos y aceite de oliva.
La dieta no elimina por completo ningún grupo de nutrientes. Los carbohidratos están presentes, pero en sus formas más saludables: legumbres, verduras y cereales integrales. Estos contienen mayor cantidad de fibra, tardan más en ser absorbidos por el cuerpo y no causan los peligrosos subidones de azúcar en sangre.
El otro fundamento de la dieta, y este es el más difícil de llevar, es que se reduce a sólo 800 calorías diarias, algo más que la dieta original de Taylor (de sólo 600) pero muy lejos de las 2.000 que se suelen recomendar en un adulto sano. Esta idea se basa en que una dieta muy restrictiva hace que nuestros cuerpos consuman sus reservas internas de grasa. Y al consumir la grasa que obstruye el páncreas éste puede volver a generar insulina con normalidad, y los niveles de glucosa pueden volver a estabilizarse.
El aceite de oliva es el tipo de grasa más saludable. (Corbis)
Debido a esta fuerte restricción calórica, , ni aqueMosley advierte que no pueden seguir la dieta aquellas personas con medicación para la diabetes (a no ser que su médico se la retire o baje la dosis, precisamente para seguir la dieta), ya que la glucosa en sangre podría disminuir demasiadollas personas que estén tomando medicación para controlar la hipertensión. Tampoco es una dieta adecuada para mujeres embarazadas, menores de 18 años o personas con un Índice de Masa Corporal menor de 21.
Este sería un menú tipo de la dieta para una semana.
Lunes
Desayuno
Batido de té verde y arándanos (110 calorías)
Comida
Pimiento rojo con ensalada de pepino, tomate y queso feta (220 calorías)
Cena
Berenjena rellena de cordero y granada
Martes
Desayuno
Huevo escalfado con aguacate (200 calorías)
Comida
Entremeses sin carbohidratos: queso, jamón york, manzana y frutos secos (290 calorías)
Cena
Curry vegetariano de coliflor (270 calorías)
Miércoles
Desayuno
Muesli de frutos secos y fruta (180 calorías)
Comida
Falafel de remolacha (290 calorías)
Cena
Frittata vegetariana (320 calorías)
Jueves
Desayuno
Champiñon relleno de queso de cabra y piñones (150 calorías)
Comida
Pate de sardinas (20 calorías)
Cena
Pescado al vapor con verduras (370 calorías)
Viernes
Desayuno
Mantequilla de almendra con manzana, semillas y bayas del goji (110 calorías)
Comida
Ensalada templada de calabacín y queso (280 calorías)
Cena
Pollo picante con lentejas (470 calorías)
Sábado
Brunch
Judías con queso y champiñones (260 calorías)
Cena
Solomillo con salsa de pimienta (510 calorías)
Domingo
Brunch
Huevo escalfado con salmón (320 calorías)
Cena
Pollo al horno (420 calorías)