Con una escasez de medicamentos que apenas empezaba a aparecer en el panorama, en 2013 la diabetes cobró la vida de 11.459 venezolanos, 1.528 más que el año anterior. De estar en el quinto lugar entre las 25 causas principales de muerte diagnosticadas en el país, pasó a ser la tercera causa, por detrás de las enfermedades del corazón y el cáncer, de acuerdo con el Anuario de Mortalidad de 2013, el más reciente publicado por el Ministerio de Salud.
Un indicio inexorable de que la cantidad de fallecidos por diabetes empeorará cuando se difundan los datos más recientes es la falta de medicinas para el tratamiento de los diabéticos. “Veremos más gente muriendo. No hay insulinas, pastillas ni tiras reactivas. Al no tener el adecuado tratamiento, la glicemia sube, la persona se deshidrata y se altera el equilibrio del organismo. Y luego lo trasladan a una Emergencia donde no hay soluciones fisiológicas adecuadas o no tienen insulinas”, advierte Imperia Brajkovich, presidente de la Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo.
La diabetes, cuando no es tratada, causa daño renal, ocular y cardíaco. “Los diabéticos que también tienen hipertensión son nueve veces más propensos a tener un infarto o a sufrir de insuficiencia cardíaca”.
La complicación pudiera incluso llevar a esos pacientes a engrosar otra lista que no necesita agregados: la de las muertes por enfermedades del corazón, que sigue liderando las causas de fallecimientos en el país. 30.899 personas murieron en 2013 por afecciones cardíacas y 11.164 por enfermedades cerebrovasculares, ambas íntimamente relacionadas.
“Para ese momento disponíamos de varias clases de medicamentos y de material médico-quirúrgico y podíamos resolver en forma aceptable –aunque no óptima– la gran mayoría de los casos”, indica la Sociedad de Cardiología en un comunicado.
La falta de reactivos para diagnósticos, los equipos de hemodinamia dañados, y los pocos equipos de electroestimulación disponibles en hospitales, hace que el pronóstico de los cardiólogos no sea mejor que el de Brajkovich. “Estamos tratando los infartos del miocardio, la principal causa de muerte en Venezuela, como lo hacíamos en 1980, cuando no había trombolíticos ni stents ni angioplastias agudas”, dicen en el comunicado.
Para ese año, la mortalidad por infarto era de 15%. En 2013, los infartados fueron el 13,77% de los fallecidos.
Se agrega a esto los 6 de cada 10 hipertensos que pueden tener un accidente cerebrovascular, y que se multiplican en las estadísticas si además no están siendo atendidos farmacológicamente. “A eso se le suma que los pacientes no están haciendo dieta, no duermen bien por las preocupaciones, están estresados, y que no tienen cómo recrearse. Son factores que están influyendo en la calidad de vida de las personas”, dice María Luisa del Moral, de la Sociedad Venezolana de Neurología.
Los trastornos episódicos y paroxísticos siguen al fondo de las 25 causas de muerte en Venezuela, pero la neuróloga cree que puede haber un repunte. “En una crisis convulsiva, que puede durar más de 15 minutos, el paciente puede morir por un paro cardiorrespiratorio. Cuando no tenemos medicación anticonvulsivante, como sucede ahora, los pacientes pueden tener crisis casi diarias”, asevera Del Moral.
Otros males para los cuales los tratamientos comenzaron a escasear hace dos años, y cuya falta solo se ha agudizado, también se incluyen en la lista del Anuario de Mortalidad: las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, en el noveno lugar con 2,89%; septicemia, en el decimoséptimo lugar con 0,62%; y la epilepsia cierra el conteo con 0,33% de los diagnósticos.
“Es el tercer anuario de mortalidad en el cual se mantiene entre las 25 primeras causas la enfermedad de Alzheimer (0,34%) lo que nos asoma también la transición demográfica por la cual atraviesa la población venezolana”, indican en el informe.